La Casita Azul cerró sus puertas por "falta de apoyo"

El centro cultural "La Casita Azul" anunció el cierre de sus instalaciones ante "falta de apoyo y una gran cantidad de impedimentos", según anunciaron en las últimas horas. La decisión causó pesar en la comunidad artística de la ciudad.

El histórico lugar situado en Tiscornia y Rolando, albergó durante años distintos espectáculos artísticos locales y visitantes. Al frente estaba Gabriela Arias quien hizo el anuncio a través de la página oficial del espacio.

Aseguró que desde que logró hacerse cargo de la antigua casa, solicitó la habilitación cultural correspondiente, "a fin de tener un amparo legal para la inmensa actividad artística y cultural de La Casita Azul".

"Nunca tuve respuesta en la que se me notificaran los requisitos faltantes si los hubiera, o un rechazo a la solicitud de habilitación que me impida continuar la actividad", indicó.

"En noviembre de 2016 ingresé una nota exigiendo una respuesta con copia a las siguientes áreas: Secretaría de Desarrollo Social, Deportivo y Cultural, Fiscalización de Cultura, Asesoría Letrada e Inspección General", continuó. "De este pedido tampoco tuve ningún tipo de respuesta".

Mientras el centro artístico siguió funcionando, "al amparo del artículo n°4 de la Ordenanza de Espacios Autogestivos", habiendo iniciado el trámite al momento de ingresar la carpeta, "y sin haber recibido nunca ningún tipo de notificación o informe de requisitos necesarios".

También recordó que dentro de la Casita nunca hubo venta de bebidas o alimentos, que se utilizó un bono contribución "no excluyente" para poder asistir a los espectáculos, que éstos "siempre de carácter artístico, empezando en el horario anunciado, siempre puntual, y finalizando antes de las 00 hs, sólo viernes y sábados".

Además, remarcó que "nunca se excedió el número declarado de 40 espectadores. La Casita Azul albergó un promedio de 70 espectáculos por año, y una gran variedad de talleres artísticos para niños y adultos".

"Muchos de nosotros vivimos gracias a este espacio, fue nuestra fuente de vida y de ingresos, porque es nuestra elección vivir de lo que amamos y el arte es parte de toda sociedad. Todo lo que aquí se hizo fue 100% independiente y autogestivo", enfatizó.

Pero consideró que "siendo un Patrimonio Histórico Cultural de la ciudad, no hubo apoyo de la Subsecretaría de Cultura, ni de un privado, u otra área municipal".

Según relató, el 18 de noviembre pasado, al finalizar una obra de teatro, "ingresaron dos inspectoras municipales y dos policías sin identificarse y sin leer los papeles que les mostré. Emitieron una infracción sin especificar la ordenanza que estaba infringiendo".

Por otro lado, contó que en una reunión con la subsecretaria de Cultura, Ana Geron, "acusó de ser inseguro el inmueble amparándose en un informe realizado en junio de 2016 del que nunca se me notificó ni entregó copia, con una descripción de requisitos de seguridad faltantes, que al día de la fecha ya fueron instalados sin haber recibido la notificación correspondiente ni su posterior inspección, y dando ejemplos de riesgos tales como (textualmente) “un espectador puede atragantarse con un caramelo durante la función”.

"Frente a todas estas trabas es que decido cerrar un espacio tan importante para la cultura local. Porque no sólo no recibo ningún apoyo sino que tengo que lidiar con una gran cantidad de impedimentos y obstáculos que al día de hoy me superan", concluyó. (Bariloche Opina)