La obesidad infantil reduce la expectativa de vida
El Dr. Máximo Ravenna expresó hace algunos meses que la acumulación de tejido adiposo hace que indefectiblemente una persona se enferme antes de lo que lo hubiera hecho con otro estado físico” y agregó que “los obesos le entregan a su organismo un grado mucho menor de longevidad y una mayor propensión a la mortalidad temprana”.
Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, celebrado este jueves, un nuevo estudio realizado en México comprueba lo dicho. Los expertos advirtieron a la población infantil sobre las consecuencias de esta patología, dado que un grupo de médicos mexicanos alertó sobre el riesgo que corren niños y jóvenes con problemas de obesidad, ya que verían disminuidos sensiblemente sus años de vida.
En este sentido, Ravenna confirma también que aquéllos que sufren esta enfermedad no sólo reflejan una imagen que los supone mucho más avejentados, sino que todo el funcionamiento corporal empieza a trabajar como el de una persona mucho mayor, algo que se debe a que aumenta el estrés oxidativo y se acelera el ritmo de daño al ADN.
En congruencia, el trabajo puntualizó que “los niños con obesidad tienen un exceso de tejido adiposo, que trae aparejadas una serie de trascendencias toxicas que va degenerando el organismo y que, con el tiempo, estimulan el progreso de enfermedades crónicas a temprana edad”.
En México, se realizaron pruebas gratuitas de diabetes a la población en el marco del Día Mundial de la obesidad y los resultados revelaron que nueve de cada cien personas padecían la enfermedad, lo que supone un desorden total en la alimentación de grandes y chicos que podría restarles hasta 10 años de vida.
Las investigaciones revelan que los pacientes con diabetes, que no producen suficiente insulina para metabolizar la glucosa de los alimentos, experimentan fracturas a niveles de densidad ósea por encima de los registrados en la población en general.
A partir de todos estos datos comprobados empíricamente, el Dr. Ravenna vuelve a afirmar que la obesidad repercute sobre la calidad de vida, acelerando los procesos de destrucción corporal que naturalmente conllevan a la muerte”.
