Jerusalén: rescinden a judíos ultraderechistas el control de una sección del Muro de los Lamentos
Un tribunal de Jerusalén prohibió la transferencia del control de una sección perteneciente a un complejo del Muro de los Lamentos a la organización ultraderechista judía Elad, que promueve la colonización del casco histórico de la ciudad santa.
Los jueces ordenaron la rescisión de un acuerdo firmado entre esa organización y la Compañía para la Reconstrucción y el Desarrollo del Barrio Judío de la Ciudad Vieja de Jerusalén (JQDC), informa hoy el diario Haaretz.
El dictamen tuvo en cuenta la posición de la Oficina de la Fiscalía del Estado, que criticó el acuerdo y argumentaba que la Compañía no tenía potestad para trasladar el control de la sección sur de ese complejo a Elad sin autorización del Gobierno, informó la agencia de noticias EFE.
El área incluye un parque arqueológico junto a la zona sur del Muro de los Lamentos y un complejo conocido como Centro Davidson que estuvieron durante tiempo bajo control de la entidad gubernamental Desarrollo de Jerusalén Este.
Tras una ardua batalla legal, el control de la zona fue transferido a la JQDC y esta última rubricó el acuerdo con Elad, que también administra el parque nacional adyacente de Ciudad de David y promueve activamente la proliferación de asentamientos judíos en el contiguo barrio palestino de Siluán.
Todo el área se encuentra en territorio ocupado por Israel en 1967 y por tanto reclamada por los palestinos como su capital.
Poco después de conocerse el acuerdo, grupos de izquierda israelíes, tradicionalmente contrarios a la actividad que desarrolla Elad, así como corrientes religiosas plurales del judaísmo, expresaron su rechazo al considerar que la zona en cuestión tiene previsto albergar una plaza para que devotos de los movimientos conservadores y reformistas puedan rezar.
El área incluye el Arco de Robinson, donde hasta la fecha suelen rezar el grupo de mujeres reformistas conocido como "Mujeres del Muro", cuya presencia en la sección femenina del Muro de los Lamentos suele despertar los insultos y abucheos por parte de ultraortodoxos.
En su resolución, los jueces determinaron que el acuerdo con Elad restringía la libertad del Ejecutivo sobre la zona en disputa y podía poner en peligro el proyecto para la construcción del lugar de culto para miembros de diversas corrientes del judaísmo.
"El Muro de los Lamentos y los lugares históricos aledaños son propiedad del Estado de Israel y el pueblo judío en todas sus corrientes, y como ha dictaminado la corte, no hay lugar para que lo gestione una organización privada sin ánimo de lucro", afirmó el rabino Gilad Kariv, director ejecutivo del Movimiento para la Reforma y el Judaísmo Progresista de Israel.
