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Mueren cuatro israelíes durante el ataque de dos palestinos a una sinagoga en Jerusalén

Los atacantes irrumpieron armados con cuchillas y una pistola, atacaron a fieles durante las plegarias matinales y asesinaron a cuatro israelíes antes de ser muertos ellos mismos en un tiroteo con la policía. El ataque, el más mortal en Jerusalén en seis años, amenaza con profundizar los temores a una extendida y prolongada ola de violencia en la ciudad santa, que ya estaba en ascuas en medio de meses de tensiones en torno a su sitio más sagrado y por la expansión de las colonias judías en el sector palestino.

Mueren cuatro israelíes durante el ataque de dos palestinos a una sinagoga en Jerusalén
martes 18 de noviembre de 2014

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió responder "con puño de hierro" y acusó al presidente palestino, Mahmud Abbas, y al movimiento islamista Hamas, de haber provocado el ataque, que describió como un "asesinato cruel de judíos que vinieron a rezar y fueron muertos por criminales despreciables".

Horas más tarde, luego de una reunión de gabinete, el premier israelí ordenó demoler inmediatamente las casas de los palestinos que cometieron el asalto a la sinagoga y las de los demás palestinos que hayan perpetrado ataques mortales en las últimas semanas.

La policía israelí dijo que los cuatro israelíes muertos tenían doble nacionalidad, tres de ellos estadounidense y el cuarto, británica.
El Consulado estadounidense en Jerusalén identificó a los norteamericanos como Aryeh Kupinsky, Cary William Levine y Mosheh Twersky, mientras que la policía israelí dijo que el británico se llamaba Avraham Goldberg.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijo que habló por teléfono con Netanyahu tras el asalto y que lo denunció como un "acto de terrorismo y de violencia y brutalidad sin sentido".

El presidente Abbas condenó el ataque -la primera vez que lo hace desde el reciente inicio de una ola de violencia contra israelíes-, aunque también exigió el fin de las "provocaciones" de Israel relativas a la Explanada de las Mezquitas, el lugar más sagrado de Jerusalén, venerado por musulmanes y judíos.

En un comunicado, la oficina de Abbas señaló que condenaba "el asesinato de fieles en una sinagoga en Jerusalén oeste" y pidió el fin de la "invasión" de la mezquita de Al Aqsa y un freno a la "incitación" de las tensiones por parte de ministros israelíes.

El ataque fue el más letal en Jerusalén desde que un palestino mató a ocho estudiantes en un seminario judío el 6 de marzo de 2008.

La policía israelí calificó el incidente como un "ataque terrorista" y dijo que los dos palestinos que lo cometieron eran primos que vivían en Jerusalén este.

El Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), una pequeña agrupación de la resistencia armada, dijo que los primos eran miembros de la organización, pero su comunicado no llegó a afirmar concretamente que actuaron bajo las órdenes del FPLP.

Hamas, el grupo palestino que gobierna en la Franja de Gaza, elogió el ataque como una "respuesta a los continuos crímenes israelíes", mientras que decenas de personas salieron a las calles en Ciudad de Gaza para celebrar la acción en Jerusalén.

El vocero policial israelí Micky Rosenfeld dijo que ocho personas resultaron heridas en el ataque, incluyendo dos policías.

Cuatro de los heridos estaban en condiciones serias, dijeron fuentes médicas citadas por la cadena CNN.

El ataque ocurrió alrededor de las 7 en Har Nof, un barrio de ultraortodoxos en la margen oeste de la ciudad y alejado de los lugares sacudidos por la reciente ola de violencia.

"Nos encontrábamos en mitad del rezo de la mañana. El primero de ellos avanzó con una pistola en la mano, se acercó a la gente y comenzó a disparar", dijo Yusef Posternak, un judío ultraortodoxo argentino de 45 años que se encontraba en el interior del templo, a la agencia de noticias EFE.

"Me giré por el sonido de los tiros y vi a un segundo hombre blandiendo un gran cuchillo de carnicero, como para matar animales, que empezó a atacar" a los presentes, que eran unos 25.

Posternak, padre de ocho hijos, decidió correr hacia la cocina del centro, donde permaneció escondido hasta que unos 15 minutos después de que todo comenzara la policía lo rescató, explicó.

Imágenes difundidas por el gobierno israelí mostraron libros de plegaria y chales de oración empapados en sangre dentro de la sinagoga.

Varios ultranacionalistas israelíes se reunieron cerca del lugar del ataque, cantando "Muerte a los árabes" y "venganza".

La vocera policial israelí Luba Samri dijo que los atacantes eran de Jerusalén este, que ha sido escenario de continuos disturbios y de enfrentamientos entre jóvenes palestinos y policías israelíes en los últimos meses.

La portavoz identificó a los agresores como Ghassan y Oday Abu Jamal, del barrio de Jabal Mukaber.

Poco después del ataque, decenas de jóvenes y chicos palestinos que se congregaron frente a la casa de los Jamal arrojaron piedras a numerosos policías que se habían desplegado en el lugar, y que respondieron lanzando gases lacrimógenos.

Residentes del barrio dijeron a la medios palestinos que 14 miembros de la familia de los atacantes fueron detenidos.

Israel ha estado en vilo en semanas recientes por una serie de ataques de palestinos contra israelíes en los que han muerto al menos seis israelíes en Jerusalén, Cisjordania y Tel Aviv, antes del asalto de hoy a la sinagoga.

Todos estos recientes ataques fueron cometidos por palestinos que actuaron en solitario y sin responder órdenes de grupos armados, pero el de hoy en la sinagoga recuerda las acciones más cruentas que caracterizaron la Intifada (levantamiento) palestina de la década pasada.

Las tensiones en Jerusalén comenzaron en junio pasado con los secuestros y asesinatos de tres adolescentes israelíes y otro palestino, hechos que derivaron en una devastadora ofensiva militar de Israel contra Hamas en Gaza, en julio, que dejó más de 2.100 muertos, en su mayoría civiles.

Desde entonces, una veintena de palestinos fueron muertos por fuerzas israelíes en Cisjordania o Jerusalén y cientos más fueron detenidos.

En declaraciones a periodistas afuera de la sinagoga, el jefe de la policía israelí, Yohanan Danino, dijo que lo más probable es que el ataque de hoy tampoco haya sido organizado por alguno de los grupos armados palestinos, lo que hace más difícil que las fuerzas de seguridad puedan evitarlos.

Las tensiones parecían haber remitido la semana pasada luego de una reunión en Ammán entre Kerry, Netanyahu y el rey Abdullah II de Jordania, en la que se habían acordado tomar medidas para restaurar la calma tras meses de disturbios y violencia relacionada con la Explanada de las Mezquitas.

En su comunicado, Netanyahu acusó a Abbas y a Hamas y dijo que la comunidad internacional ignora sus "incitaciones" a la violencia.

En Ginebra, la oficina del alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, alertó a Israel que cualquier respuesta al ataque a la sinagoga en Jerusalén tiene que respetar la ley internacional.

En Estados Unidos, el FBI informó que lanzó una investigación sobre el ataque a la sinagoga porque tres de los muertos tenían nacionalidad norteamericana.

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