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III Fiesta Nacional del Chocolate

Maestros chocolateros, los reyes de la jornada

Decenas de especialistas y chocolateros de los establecimientos que integran la Cámara de Chocolateros coordinaron a los más de 70 estudiantes de la Escuela de Hotelería y Gastronomía.

Maestros chocolateros, los reyes de la jornada
sábado 26 de marzo de 2016

La Barra de Chocolate Más Larga del Mundo no hubiera sido posible sin la experiencia y dedicación de los chocolateros de nuestra ciudad, que este año nuevamente se volcaron al desafío de llevar chocolate a todos los presentes esta mañana en la calle Mitre.

Desde temprano en la mañana, no hubo un instante sin actividad para los maestros chocolateros, desde la elaboración del chocolate y su templado en las máquinas ya especialmente instaladas en la calle Mitre hasta la reunión operativa que tuvieron en la Sala de Prensa del Centro Cívico, para hacer la última revisión y distribución de tareas antes de distribuirse a lo largo de los 150 metros de mesa que se instalaron en la calle principal de la ciudad.

Decenas de especialistas y chocolateros de los establecimientos que integran la Cámara de Chocolateros —liderados por el maestro Fernando Nordenstrom— coordinaron a los más de 70 estudiantes de la Escuela de Hotelería y Gastronomía, que una vez más sumaron su talento y profesionalismo a este desafío que crece año a año.

“Es nuestro primer año así que dijimos enseguida que sí cuando nos dijeron que podíamos participar y acá estamos —contó Verónica, una de las estudiantes de la Escuela—En nuestro curso hay compañeros que ya habían participado anteriormente, que nos contaron cómo iba a ser”. Su compañera de curso, Alicia, también compartió la tarea hoy en calle Mitre y se alegró de haber sido parte: “Es una experiencia única, muy linda. Nos encantaría participar otra vez el año que viene”.

Hubo varios desafíos a lo largo del evento, y el principal fue el cambio en las condiciones climáticas. Si bien durante la mañana estuvo nublado y fresco —”es ideal”, explicaba Nordenstrom, “porque seca rápido el chocolate y podemos distribuirlo mucho antes”—, cerca de las 12 hs inesperadamente salió el sol, lo cual dificultaba el fraguado del chocolate en las zonas sin sombra.

Pero rápidamente el ingenio pudo más que el clima: mientras algunos chocolateros ya trozaban la barra y retiraban bandejas completas, otros se ocupaban de trasladar tramos de chocolate fresco a zonas con sombra. También se encontró otra manera creativa: los maestros usaron las bandejas que se iban vaciando para hacer sombra sobre los tramos a los que les daba el sol, para refrescar el chocolate y endurecerlo lo suficiente para poder cortarlo.

A la hora de distribuir las 10 mil porciones en las que se convirtió la barra —que rompió el récord de longitud con sus 150.50 metros— también se notó la organización, con dos pasarelas a la altura de la calle Rolando a través de las cuales el público hizo ordenadas colas y pudo acceder al chocolate que se iba repartiendo de manera equitativa.

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