"Yoly", 25 años de dedicación y esmero en La Andina

Con el mismo entusiasmo y dedicación que aquél primer día de trabajo en 1992, Yolanda Inalef comienza cada día de trabajo al mando de la cocina de la tradicional pizzería La Andina de Bariloche. "Empecé en este lugar varios años antes, pero solo por las temporadas", afirma en una amena charla con Bariloche Opina.

Yoly, como la conocen todos, cuenta que comenzó como ayudante de cocina y que de a poco fue aprendiendo el oficio. "En un momento se fue la cocinera y tuve que reemplazarla; desde entonces estoy en esta cocina que quiero mucho y en la cual he pasado gran parte de mi vida", dice. Desde hace unos años comparte el trabajo con Juampi, con quien "nos entendemos y llevamos muy bien", expresa.

En estos más de 25 años, Yoly vio desfilar a muchos vecinos que se hicieron parte de la gran familia de La Andina. Cuenta que por allí pasaron algunos intendentes para festejar sus triunfos electorales. También políticos y otras personalidades conocidas en la localidad, y una gran cantidad de turistas que siguen llegando hasta la céntrica esquina de Quaglia y Elflein en busca de buenos platos y a buen precio.

Yoly vive en El Frutillar,y durante todo este tiempo casi no ha faltado a su trabajo, son cuatro colectivos los que toma cada día, y a veces comparten un remis con otros compañeros para no volver a sus casas tan tarde. "Me gusta lo que hago, y lo hago con mucho cariño", dice, y se muestra agradecida por lo que le brindaron los sucesivos dueños que tuvo el lugar, fueron cuatro en todo este tiempo.

Mientras hornea empanadas, fríe papas y prepara una gran milanesa a la napolitana, Yoly cuenta qué hace en sus días de franco. "Le cocino a mi familia", dice con una sonrisa. Con orgullo habla de su hija, profesora de matemáticas, y de cada uno de sus sobrinos que llegan hasta su casa para disfrutar de sus deliciosos platos.

"Si bien el menú se ha mantenido durante los años en la pizzería, trato de perfeccionarme. Leo libros de cocina e investigo nuevas recetas; trato de seguir creciendo en lo mío",  explica.

Claudia y Carlos, los actuales propietarios del viejo bodegón, también la describen con gran aprecio. "Es un ejemplo de dedicación por lo que hace, una gran mujer que a lo largo de los años ha sabido ganarse el respeto y el cariño de todos", afirman. (Bariloche Opina)