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Economía

Pensamos qué pasó políticamente en el 2017 y cómo arrancamos el 2018

Por Jorge Rojas.

Pensamos qué pasó políticamente en el 2017 y cómo arrancamos el 2018
miércoles 31 de enero de 2018

A lo largo de estos años en que escribo columnas económicas políticas, me he dado cuenta que las historias, las noticias, cambian si son un año electoral o no.

El 2017 año electoral, las noticias rondaron casi siempre en lo político y nos olvidamos mucho de la economía: gran error. En ese año el gobierno se jugaba en las urnas la aceptación de su gestión a lo largo de sus dos primeros años. Podemos decir que logró interesantes triunfos, sobre todo en las elecciones de octubre y la sanción de varias leyes que a mi parecer son insuficientes.

Mostró que la fórmula Cambiemos se consolidó a nivel nacional, con representación y protagonismo en las mayoría de las provincias y mayor cantidad de legisladores en ambas cámaras.

No dudo que la victoria proviene no solo de sus pocos aciertos, fijación de políticas a largo plazo o acelere de obra pública, sino de los errores del resto.

La falta de diálogo en el arco opositor, el quiebre que produjo, el armado de la ex presidenta de un partido independiente en vez de intentar armar la unión de un peronismo del que ya no pertenecía, pero que era la única salida posible para una victoria y así también el trabajo del gobierno nacional atrás de las causas de corrupción en la justicia.

En marzo se inició el pedido de desafuero de De Vido, se siguió con la prisión preventiva de algunos colaboradores, mostrando a la sociedad la asociación ilícita que había gobernado, y justo antes de las elecciones, el procesamiento y pedido de prisión de los mayores representantes del kirchnerismo, hasta de la misma ex presidenta, candidata a senadora días antes de las elecciones, contribuyeron a la victoria en las elecciones legislativas.

Pero considero que esa victoria perdió muchísimo en imagen, a mi parecer, ante la presentación en el mes de diciembre de la mal llamada reforma previsional. Inoportuna y peligrosa, con muy mala información por parte del gobierno y poniendo en riesgo la institucionalidad y la tranquilidad de la ciudadanía, tocando a uno de los sectores más vulnerables de la sociedad: jubilados y pensionados.

Este error fue como un fósforo que le dio la oportunidad a la oposición y a los revoltosos, a crear el caos y la barbarie, con un sistema de prevención y control que tuvo numerosas fallas.

No puedo dejar de manifestar lo vergonzoso de todo lo sucedido, tanto por los manifestantes, las fuerzas de seguridad, todo el arco político, que no actuaron en forma debida y dejaron a las claras que estamos ante una clase dirigente, que en gran parte es oportunista y va a aprovechar cualquier oportunidad de su oponente para derribarlo. Lo ocurrido fuera de Congreso fue triste y peligroso para todos, lo ocurrido dentro del Congreso fue vergonzoso.

Asi llegamos a fin de año, con un gobierno nacional que había mostrado una consolidación política a nivel nacional, pero que mostró a fin de año una ingenuidad en tiempo y forma que destruyó parte de lo construido.

Empezamos el 2018, año no electoral y se ve que las noticias serán dirigidas a lo económico. Inflación y gasto público serán las vedettes. Muchos de nosotros tratando de olvidarnos de todo accionar político, pero con los ojos abiertos por nuestras economías, la plata no alcanza, los aumentos de precios y servicios continúan, ya comienzan los conflictos por las paritarias y la economía no arranca. Complicado.

Parecería que lo salarial, los gremios y las paritarias tomarán la delantera. Ya en enero están los sondeos, cuando años atrás comenzaban en marzo. Hay mucha presión por las negociaciones y desde la justicia, es increíble pero aparecen grandes casos contra sindicalistas, con patrimonios millonarios que superan a los políticos.

Será casualidad que justo ahora se descubren: está bien que suceda, pero justo ahora. Será estrategia, pero hay que hacerlo, deben purgarse todos los sectores que a través de la corrupción llegan a debilitar la economía.

Y otro aspecto más que fundamental en lo que fue el fin de año y el comienzo del 2018, es el sector financiero y el alto costo del dinero.

El gobierno sigue con un alto déficit fiscal. Atribuye a que no puede bajar el costo del mantenimiento de planes sociales, afirman que es el gobierno que más invierte en el aspecto social y que le es difícil bajarlo, sumado a que necesita mantener la inversión en obra pública pues sino se derrumbaría el consumo y perdería su impronta en el mejoramiento de la calidad de vida de los argentinos.

Pero el mantener el pago de tasas del 28 % en letras del BCRA, y un dólar que trepó en los últimos días del 2017 pero no equiparando lo sucedido con la inflación, producen un costo y efectos en la balanza de pagos que afectan el resultado de cualquier país.

Afirman que el efecto en el ingreso de divisas del sector turismo en este verano será de 10 mil millones de dólares, por los argentinos que van al exterior, contra los dólares que traen los extranjeros. Algo está mal y si se ve tan claro en el turismo, sucede lo mismo en la industria u otras actividades.

Esta situación era justificable en los primeros seis meses del gobierno de Cambiemos, un año a lo sumo, para salir de la situación de iliquidez que tenía el país y contener la inflación, pero nunca puede mantenerse en forma permanente; ya van dos años y si bien han manifestado que el Banco Central cambiaría su política monetaria, aún no lo ha hecho y son sin lugar a dudas, estos dos factores que demoran la inversión y alientan la especulación.

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