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Educación ambiental en valores

Las necesidades del planeta son las necesidades de las personas. Y es por esto por lo que los derechos de las personas son los derechos del planeta.

Educación ambiental en valores
sábado 01 de junio de 2019

La generación que ahora está en la escuela debe estar preparada para afrontar la enorme responsabilidad del deterioro del proceso planetario que les estamos dejando. Para eso, necesitarán urgentemente practicar y ajustar su capacidad  de acción orientada a mejorar la calidad de vida de toda la población en el futuro y de la realidad circundante, con este objetivo compartimos otra entrega de la Fundación Vida Silvestre en otra línea de educación ambiental. En este caso la EDUCACIÓN EN VALORES. Muchas veces la educación en valores es la que da sentido final a la educación ambiental ya que no existe argumento o situación educativa más contundente que el ejemplo.

Esta realidad que es compleja y conflictiva, y que la entendemos referida a las tres dimensiones relacionales en las que se desenvuelve el ser humano: consigo mismo y con los demás, con los espacios sociales en los que se desenvuelven, y con el medio ambiente en el que transcurre la vida.

El desarrollo de las capacidades necesarias para enfrentarse, de una manera constructiva, a los cambios personales y mundiales, el trabajo por la justicia y la defensa de los derechos humanos; y la contribución para conseguir un futuro mejor para el planeta no se puede dejar en manos del azar y el proceso educativo es clave para llegar a esos objetivos. La educación para la democracia y la puesta en valor de los valores universales será más efectiva en una escuela democrática, donde el medio y el mensaje estén en armonía. La educación para un mundo interdependiente y de rápidos cambios será más útil si se ayuda a los estudiantes a desarrollar y practicar las destrezas de la acción que los capacitará para que lleguen a ser agentes productores de ese cambio en vez de ser seres dependientes del mismo.

La educación en valores se centra en generar los aspectos de tolerancia, solidaridad, respeto a la diversidad  y capacidad de diálogo y de participación social. Plantea la necesidad de lograr un desarrollo integral de los estudiantes no solo a través de conocimientos académicos, sino desarrollando habilidades prácticas, actitudes y valores que impregnen toda la educación y que nos prepare para integrar como temas transversales  las  temáticas ambientales que nos preocupan.  La educación social y la educación moral representan un elemento fundamental del proceso educativo, que ha de permitir a los estudiantes actuar con comportamientos responsables dentro de la sociedad actual y del futuro, una sociedad pluralista, en la que las propias creencias, valores y opciones han de convivir con el respeto y las creencias y valores de los demás.

De una especial transcendencia en todo proceso educativo resulta el papel del docente desde el punto de vista de la educación en valores se debe sostener en buscar la coherencia entre lo que se dice, lo que se hace y como se hace.

 

Algunos objetivos generales que puede alcanzar la educación en valores.

Comportarse de acuerdo con los hábitos de salud y cuidado corporal que se derivan del conocimiento del cuerpo humano y de sus posibilidades y limitaciones, mostrando una actitud de aceptación y respeto por las diferencias individual (edad, sexo, características físicas, etc.).

Participar de actividades grupales adoptando un comportamiento constructivo, responsable y solidario, valorando las aportaciones propias y ajenas en función de objetivos comunes y respetando los principios básicos del funcionamiento democrático.

Reconocer y apreciar su pertenencia a grupos sociales con características y rasgos propios, (pautas de convivencia, relaciones entre los miembros , costumbres y valores compartidos, lengua común, intereses, etc.) respetando y valorando las diferencias con otros grupos y rechazando cualquier clase de discriminación por ese hecho.

Analizar algunas manifestaciones de la intervención humana en el medio, valorar críticamente la necesidad y el alcance de las mismas y adoptar un comportamiento en la vida cotidiana acorde con la postura de defensa y recuperación del equilibrio ambiental y de conservación del patrimonio natural y cultural.

Desde el punto de vista metodológico se propone utilizar los “métodos problematizantes” para abordar los contenidos propios de este tipo de educación vinculados con la temática ambiental.

 

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