La literatura como legado

“Rosendo vivía de recuerdos. Sentado al lado de la estufa, mientras armaba un cigarro, miraba por la ventana el corral vacío y la quinta con el alambre tejido agujereado y caído. Perdidos el color y el aroma que habían poseído en el pasado. Todo reseco. Como su propio cuerpo. Solo el tiempo permanecía intacto en su memoria…” (en “Y quedó el taculerío” - Cuando el agua se hace vidrio)

Hija de padre suizo y madre alemana, Albertina Rahm nació en 1941 en San Carlos de Bariloche.

Docente de Lengua y Literatura, y coordinadora de talleres para niños y adolescentes, participó, entre otras, en la antología Casi nada en el viento del año 2000, coordinada por la escritora Luisa Peluffo; ha publicado su primer libro denominado Cuando el agua se vuelve vidrio. Relatos de la Patagonia en 2010, y recientemente su tercer libro: Viento de abajo. Relatos de la Patagonia de 2020.

Obtuvo una mención en el Concurso Nacional de Cuentos 2002 auspiciado por la Secretaría de Cultura de la Nación; una mención en el Concurso “Cuentos para leer en el Subte” publicado por el diario La Razón en el año 2003, y fue ganadora del Concurso en Narrativa formato cuento FER del año 2016 por su segundo libro: Nervaduras.

De estilo costumbrista, sus relatos nos sumergen en una Bariloche rural, nos trasladan al universo de una comunidad en la voz de un narrador tan protagonista como testigo, tan vívido como el recuerdo. Un narrador que se desdobla, del que emergen voces de personajes moldeados por el clima, por el sufrimiento; del que emergen vivencias y recuerdos de una vida simple, de una simpleza que los hace felices y duros porque tienen que luchar contra la naturaleza.

Así, desde esa voz propia de la intuición y el recuerdo que rescata para que no se pierda, Albertina nos ofrece sus relatos patagónicos, nos ofrece una estampa vívida, un recuerdo que se actualiza, un lenguaje en la voz de personajes de ayer, de un hoy, que nos hablan, que nos dejan el legado de una comunidad, el legado de una vida muy simple y sacrificada hecha de miradas ausentes, serenas, de cicatrices cual nervaduras, de soledades y frío, de habladurías y refranes al amparo de un hogar rodeado de hielo convertido en vidrio, rodeado de una vegetación que invade, de una oralidad espejada en la escritura como forma de seguir viviendo.

Escuchá el PODCAST de Ciudad Texto en Ideas Circulares con Albertina Rahm

“Buscando en la niebla de mis recuerdos me encuentro con Don Coche. Lo veo pasar frente a mi casa como en cámara lenta, parece una estampa de Molina Campos. Su figura encorvada sube y baja al compás del tronco del zaino, el poncho marrón y el chambergo aplastado de atajar aguaceros y nevadas…” (en “Don coche” - Cuando el agua se hace vidrio)

Más sobre la autora en el siguiente link: Ediciones Desmesura - Grupo Alamberse (Villa La Angostura)

Albertina Rahm

Nacida en San Carlos de Bariloche en 1941

Docente de Lengua y Literatura. Coordinadora de Talleres Literarios para niños y adolescentes

Escritora Literaria:  Mención en el Concurso Nacional de cuentos 2002 auspiciado por la Secretaría de Cultura de la Nación. Mención en el concurso “Cuentos para leer en el Subte” publicado por el diario La Razón en el año 2003. Ganadora del Concurso en Narrativa formato cuento por el Fondo Editorial Rionegrino del año 2016 por su segundo libro: Nervaduras

Sus libros de relatos y cuentos: Cuando el agua se vuelve vidrio. Relatos de la Patagonia (2010); Nervaduras (2016); Viento de abajo. Relatos de la Patagonia (2020)

Antología en que ha participado: Casi nada en el viento (2000); Amor sin fin (2000); Torrente Nacional de Cuentos (2002); Cuentos para leer en el Subte (2003); El Trabajo (2005); Tela de Rayón (2008); Certamen literario Gonzalo Delfino (2013); ¡Basta cien mujeres contra la violencia! (2013)

¿Por qué escribir Literatura?: “…Lo que me mueve a escribir es dejar un legado, estampas, historias personales, personajes, un lenguaje inclusive que se va perdiendo en el tiempo devorado por el progreso, por una nueva vida. Creo que ese es el afán más grande, que no se pierdan tantas cosas, costumbres, comidas, recetas, anécdotas, leyendas, mitos de la gente de Bariloche: estamos hablando de principios del siglo XX que es cuando llegaron mis abuelos. Es como una necesidad de sacar afuera cosas que tengo dentro y que a veces ni sé que las tengo, y me pongo a escribir, a rememorar personajes (…) Me importa mucho las raíces, mis raíces…”