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Todo lo que hay que saber para viajar a Turquía en pandemia

Todo lo que hay que saber para viajar a Turquía en pandemia
sábado 22 de mayo de 2021

Turquía es desde siempre sinónimo de cultura, historia y modernidad. Viajar a este país situado entre Europa Oriental y Asia Occidental es sumergirse en un mundo de bellezas arquitectónicas, icónicos monumentos y escenarios naturales únicos que dejarán una huella imborrable a quien lo visite. Pero ¿Se puede ir en pandemia?. ¿Qué hay que tener en cuenta antes de planificar un viaje a este misterioso y mágico destino?.

Turquía posee un amplio territorio donde cada rincón reflejan la cultura milenaria que posee, como así también esa sensación de ser "bien recibido" por los locales. Sin duda, su capital, Estambul, concentra la mayor parte de la vida cosmopolita del país. A orillas del Bósforo, la ciudad tiene grandes atractivos como un paseo en barco por las aguas del estrecho o la Iglesia Santa Sofía, uno de los edificios más importantes y con más historia.

COVID-19

Pero antes de avanzar en las bondades de este país, es necesario tener en cuenta algunos datos en el contexto de pandemia por el COVID-19. Para ingresar desde Argentina, se debe presentar obligatoriamente un resultado negativo de prueba PCR realizada en las últimas 72 horas.

Esto aplica para los mayores de 6 años, y que deseen ingresar por vía aérea, marítima o terrestre. Este requisito no es aplicable para los pasajeros de aerolíneas en tránsito o en trasbordo.

Los pasajeros de 6 años en adelante deberán completar el formulario "Traveler Entry Form" a través de la página https://register.health.gov.tr/ dentro de las 72 horas previas al despegue del vuelo hacia Turquía. Esto se presentará ante las compañías aéreas por dispositivos móviles o en impresiones en papel.

Una vez llenado el formulario, se creará un código HES para cada visitante, el cual será utilizado durante el viaje o en su estadía en Turquía.

En cuanto a la permanencia en el país, se puede circular libremente, teniendo en cuenta que actualmente hay restricciones horarias para los comercios. De todas maneras éstas se vienen levantando gradualmente desde el 17 de mayo y se espera que Turquía entre en un periodo de normalización.

Documentación, idioma y moneda

Una vez conocidos los requisitos sanitarios para ingresar, es importante saber que quienes tienen pasaporte argentino no necesitan visa para hacer turismo en Turquía. El plazo máximo de permanencia es de 90 días. Se sugiere también contratar un seguro médico universal de viajero, que cubra tantos los gastos como la repatriación médica. En caso de querer alquilar un vehículo, es recomendable tramitar en Argentina la Licencia Internacional de Conducir.

La lengua oficial es el turco, el cuál es hablado por la mayoría de la población, aunque existen dialectos como el kurmanchi que proviene del kurdo, el zaza, idiomas como el kabardino y el adigués, y un poco de bosníaco, árabe, armenio y griego. De todas maneras, en los centros turísticos se puede encontrar lugares donde se habla inglés.

En cuanto a la moneda, el país usa la Lira Turca, que al día de hoy equivale a US 0.12 Dólar Estadounidense. Se pueden usar Euros también pero siempre es recomendable contar con la moneda local antes de hacer compras o contratar un servicio.

Gastronomía turca

El kebab suele ser lo que más se conoce de la amplia oferta grastronómica de Turquía. Pero este país posee una infinidad de propuestas que se caracterizan por el uso de verduras, carnes asadas, especias y aceite de oliva. Al estar entre dos continentes, mixtura sabores de Medio Oriente y de la alta cocina mediterránea.

No hay que dejar de probar el Lahmacun o "Pizza Turca"; el Çorba; los deliciosos Köfte o albóndigas típicas elaboradas con carne picada, de las cuales hay unas 300 variedades; los Meze, unos entremeses muy conocidos elaborados a base de berenjenas, mariscos, queso, olivas negras o pimientos; el Dolma, que significa "algo relleno" y consiste en hojas de vid cocinadas en aceite de oliva, rellenas con verduras, carne, arroz, especias y limón.

Para quienes prefieren algo dulce, pueden probar los Baklava, unos pasteles de hojaldre con nueces, pistachos, frutos secos y jarabe de miel, uno de los postres tradicionales de Turquía. Además, están los Lokum, conocidos como "delicias turcas" y que tienen una textura parecida a las gominolas. Están elaborados a base de almidón y azúcar, aromatizados con limón o agua de rosas, que incluyen pistachos, avellanas o nueces.

En cuanto a bebidas, el Ayran es sin duda, una de las más consumidas en Turquía, ya que ayuda a combatir el calor. Se trata de un yogur líquido de leche de oveja, con zumo de limón, sal y pimienta. También está el Raki, un licor muy parecido al anís y se toma después de la cena o para acompañar a los Meze.

Pero no se puede visitar este país sin probar el legendario Té turco o çay, una variedad de té negro. Existen variedades como el de salvia, el de manzana o de escaramujo. Tampoco hay que dejar pasar el Café turco, una de las bebidas más consumidas en Turquía. Se llama Kahve y se prepara directamente con azúcar, aunque se puede pedir sade (sin azúcar), orta (normal) o sekerli (dulce). Hay que tener en cuenta que no se mezcla con leche.

Qué visitar

Si bien Turquía ofrece interminables opciones para los viajeros, es importante asesorarse para optimizar el tiempo y no perderse ninguno de sus atractivos. Desde la agencia Greca Viajes recomiendan que Estambul debe ser el primer destino. Conocida como la ciudad "de las mil y una noches", con sus barrios poblados, el Gran Bazar, y los mercados de especies o la Mezquita Azul, son algunos de los lugares que no hay que dejar de visitar.También los miradores de la Torre Gálata, el Palacio Topkapi y cómo mencionamos anteriormente, la iglesia Santa Sófía o navegar por el Bósforo.Pero también Capadocia, situada en el centro del país, es otro de los lugares que dejarán sin respiración al visitante.

Su paisaje lunar, salpicado de raras formaciones rocosas, llamadas chimenea de hadas; sus monasterios y casas excavadas en la roca y ciudades subterráneas; el Museo al Aire Libre de Göreme, con sus iglesias y capillas excavadas en la roca con impresionantes frescos de los siglos X, XI y XII, o hacer una ruta de senderismo por el Valle de las Palomas, son una de tantas actividades que no se pueden dejar de hacer.

Otros lugares son Pamukkale, una zona natural conocida por sus piscinas blancas situadas en la ladera de una colina de 160 metros de altura, o su Hierápolis, una antigua ciudad helenística de la que se conservan las ruinas de grandes edificios como el Templo de Apolo, el Teatro y la Necrópolis.

También esta el Monte Nemrut, famoso por las cabezas gigantes que se conservan del túmulo funerario que mandó construir el rey Antíoco I en el 62 a.C.; y Éfeso, ciudad milenaria fundada por los griegos y cuyas ruinas son Patrimonio de la Humanidad; las Tumbas Licias de Myra; Aspendo; y la antigua ciudad griega de Pérgamo, con su biblioteca y los restos del Teatro en la antigua Acrópolis.

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