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EL CINE SEGÚN SÁNCHEZ

El cine de Almodóvar y Lucrecia Martel

El cine de Almodóvar y Lucrecia Martel
miércoles 23 de febrero de 2022

El estreno de  “Madres Paralelas” en Netflix, acompañada de otras once películas de Pedro Almodóvar (Volver, Tacones lejanos, Hable con ella, La mala educación, entre otras), nos llevan a pensar en el cine de autoría. Ese cuya fuerza creativa surge del director o directora y no de un estudio, distribuidora o empresa dueña de una franquicia. Es el caso del cine de Almodóvar y de la cineasta argentina Lucrecia Martel.

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Las películas de autor/a suelen tener un estilo muy marcado y reconocible. Aunque cuenten diferentes historias en cada película, hay un hilo que las une a través de temáticas en común y el uso de ciertos elementos que las distinguen. En el caso de Almodóvar, se observa una estética que hace alusión a la cultura popular española, en especial la madrileña ya que casi todas están filmadas en esta ciudad. La estética tiene influencias del kitsch y predomina el uso de los colores primarios, resaltando especialmente el rojo, que en el cine representa la pasión.

En cuanto al contenido, las películas de Almodóvar se caracterizan por poner en el centro a mujeres, personas trans, no binarias y del colectivo LGBTIQ+, teniendo roles protagónicos, alejados de los personajes “decorativos” como puede verse en otro cine más comercial. En sus películas, los personajes distintos y marginales son las heroínas y héroes de sus historias, quienes se animan a reinventarse y salvarse entre sí, generando lazos con reglas por fuera de las tradicionales.

Lucrecia Martel, su gran amiga y admiradora, lo dejó muy claro en el discurso que dio en el marco del premio a su trayectoria en el Festival de Cine de Venecia  hace unos años: “Esos livings de empapelados desquiciados, los enfermeros amantes, esas alfombras de animal print, los peinados con spray, las mujeres asimétricas, los aros de cafetera nos hicieron más libres. Nos liberaron del buen gusto, de la buena educación, de la moral mezquina de los que se llaman a sí mismos normales.

Nos liberaron de la claridad de los lazos familiares. Nos reconciliaron con la estupidez, con los refranes incomprensibles, con los malentendidos. Mucho antes de que las mujeres, los homosexuales, las trans, nos hartáramos en masa del miserable lugar que teníamos en la historia, Pedro ya nos había hecho heroínas. Ya había reivindicado el derecho a inventarnos a nosotras mismas. Ya había puesto las prótesis de mamas, los dildos, al lado de un cucharón, o una olla de vapor, al mismo nivel que cualquier cosa útil.

Ahora se está ocupando de los hombres., que es fundamental. ¡Gracias Pedro! No hay deber ser en la ética de Almodóvar, hay obligación de crearse. Obligación de inventarse. Desbarató la moralina que esconden los géneros del cine, los mezcló, elevó el melodrama por encima del thriller”.

Ella, al igual que Almodóvar, es una maestra en este arte. Reconocida con mayor énfasis fuera de nuestro propio país, lo que nos obliga a reivindicar sus películas; las cuales, distinguidas por un estilo propio, también pueden incluirse dentro del “cine de autoría”. 

En las películas de Lucrecia Martel también hay un lugar central para las mujeres, en especial para los vínculos que generan entre sí; pero en su cine  en especial predomina una cierta latencia, un falso suspense que nos hace sentir que algo está por pasar. Es un cine de espera y  sensorial. Ella nos hace usar todos nuestros sentidos para meternos dentro de la historia. Desde el calor veraniego de una Salta en decadencia, hasta la opresión de una pileta de natación en un complejo vacacional. Los grillos en la noche, la falta de luz en un hospital provinciano o las nubes cargadas anticipando una tormenta. Todo está puesto al servicio de lo que nos quiere contar y transmitir. 

En todas sus historias hay un cuestionamiento a las estructuras y prácticas que damos por sentadas o que tenemos naturalizadas. Ella se ocupa de filmar algo tan cotidiano como una casa de familia para interpelarnos de manera profunda pero casi sin que nos demos cuenta. 

Para conocer sus películas podemos ver en la plataforma Amazon Prime Video “La niña santa” y  “La Ciénaga” (también disponible en You Tube), “Zama” en Flow; en la plataforma Cont.ar podemos ver no solo el documental sobre cómo se filmó “Zama”, sino también su última creación “Terminal Norte”.

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