El Movimiento Vecinal Participativo (MOVEPA) considera que la ciudad de Bariloche esta inmersa en un completo caos.

Paradójicamente la Municipalidad está queriendo vender al mundo una ciudad ordenada y que podría recibir una exposición internacional para millones de nuevos visitantes sin consecuencias negativas para la comunidad, algo que al menos dudamos desde este movimiento.

Queremos rescatar en tal sentido las advertencias que durante años ha venido realizando el Observatorio del Derecho a la Ciudad de Bariloche (ODCB) desde el cual se ha presentado notas y generando información por los medios de comunicación a la comunidad.

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Es así que podemos ver que existen varios barrios con problema de infraestructuras de todo tipo, pluviales, de falta de agua potable, cloacas, red de comunicaciones, recolección de residuos, afectación negativa por habitar entorno al actual vertedero, falta de un buen transporte urbano público que permita reducir la circulación de transporte privado, para evitar además el caos de tránsito habitual en horas pico y gran parte del día.

En lo ambiental y el cuidado del paisaje atractor turístico, vemos un proceso de destrucción del entorno natural que usamos los vecinos/as también para poder disfrutar de nuestra ciudad y del paisajístico que nos brinda.

En suma observamos una permanente y progresiva pérdida de la calidad de vida de sus habitantes, que es reflejada en la calidad del servicio a los turistas, existen varias investigaciones científicas, tesis y estudios que muestran esta situación, y al parecer ningún partido político puede dar respuesta a estos problemas ni quiere escuchar a la comunidad.

Por estos motivos, el MOVEPA propone que se considere generar una planificación regional participativa e informada, realizada por un ente autárquico, en el que intervengan los vecinos de la ciudad a través de la metodología ya planteada en el MOVEPA, y se sumen de igual forma, al menos los vecinos de Dina Huapi y los parajes de la cuenca del lago Gutiérrez, así como de otras cuencas hídricas que vuelcan sus aguas hacia la naciente del río Limay, incluidos los territorios de Parques Nacionales en esta zona, y posiblemente incluir otras espacios habitados como Villa la Angostura y parajes en torno al lago Nahuel Huapi.

Por supuesto que también deberían estar sentados en dicha mesa de concertación los gobiernos locales, provinciales y nacionales, estos últimos con los directivos de las agencias o entidades que sean afectadas en esta región, como Parques Nacionales, Ejército Argentino, Prefectura Nacional, entre otras.

Este ente de planificación regional debería contar con capacidades para establecer lineamientos generales, códigos, normativas y sanciones, así como contar con fondos de los distintos sectores de gobierno para garantizar su independencia.

De este modo se priorizará una política cuyo eje central sea asegurar la preservación paisajística como elemento atractor del turismo regional, pero también para mantener y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Esto no debería impedir el desarrollo de otras actividades culturales, económicas y sociales, así como desarrollos tecnológicos que históricamente hemos generado en la zona, mientras sean sustentables para el entorno natural y su paisaje atractor, los que conforman nuestra identidad local y regional, como localidades de la cordillera norpatagónica.

Movimiento Vecinal Participativo