Hasta no hace mucho, si querías sacar adelante un proyecto, necesitabas sí o sí recurrir a alguna de las pocas —y no tan accesibles— formas de financiación disponibles. En el top 3: tomar un préstamos, lograr que inversionistas confiaran en tu idea o, directamente, apoyarte 100% en tus finanzas personales. Hoy existe otra opción: el crowdfunding.

Crowdfunding, micromecenazgo, financiamiento colectivo. Muchos nombres para una misma modalidad de financiación: la colaboración en conjunto con el fin de hacer realidad una idea, un sueño o un proyecto. Todo, a través de plataformas online. ¿Qué dirías si pudieras lanzar tu propia startup gracias a los clics de un grupo de personas?

En esta nota te contamos más sobre el crowdfunding en Argentina: qué es, cómo funciona y qué tipos podés encontrar. Seguí leyendo.

¿Qué es el crowdfunding?

Como te adelantamos, es una forma de financiamiento colectivo que crece en popularidad como vía para hacer realidad proyectos de todo tipo: desde el disco de una persona aficionada al tango fusión hasta una fintech, pasando por una gran variedad de inversiones, incluso la compra de propiedades, en definitiva, lo que es el crowdfunding inmobiliario.

La base de esta modalidad está en la idea de que existen personas con dinero que quieren apoyar las ideas de los demás. Aunque, en realidad, tampoco es necesario que quienes quieran hacer un aporte tengan mucha plata: con pequeñas cantidades, incluso equivalentes al valor de un café, ya hacen una diferencia importante.

Las dos características principales del crowdfunding son:

• la unión masiva de inversores —una comunidad o red— que financian con ínfimos aportes;
• y bajos riesgos de inversión.

Todo, claro, a través de Internet, y sin intermediación financiera tradicional.

Fuente: Freepik

Tipos de crowdfunding

Existen distintos tipos de crowdfunding, los cuales se clasifican según el tipo de contraprestación que reciben las personas que invierten en un proyecto. 

• De donación: en este caso, las personas no invierten sino que donan, aportan fondos desinteresadamente y sin esperar nada a cambio por ello. Generalmente se trata de proyectos sociales o solidarios.
• De recompensa: acá, las personas que aportan los fondos reciben el producto o servicio al que apoyan en contrapartida.
• De inversión: las personas que invierten obtienen una participación en el capital social de la empresa, y cuando el proyecto recauda la financiación requerida y se pone en marcha, reciben una rentabilidad.
• De préstamo: también llamado “crowdlending”, las personas que invierten reciben a cambio intereses mensuales más el retorno del capital inicial aportado.

¿Cómo funciona el crowdfunding?

En términos generales, el crowdfunding funciona a través de estos pasos:

1. Inicio. Se ingresa un proyecto a la plataforma de financiamiento, indicando de qué se trata, cuánta plata necesita y el tiempo estimado para obtener las recompensas.
2. Publicación. El proyecto se publica por un tiempo determinado, que suele ser de 30, 60, 90 o 120 días. Es importante publicitarlo bien para que más y más personas conozcan la idea y quieran invertir en ella.
3. Fin de plazo. Cuando llega el último día para el crowdfunding del proyecto, se verifica si se logró la plata necesaria. Si el objetivo se cumplió, recibes el dinero y las personas que invirtieron recibirán las recompensas al final. Si el resultado es negativo, la plata vuelve a quienes aportaron, garantizando la seguridad de todas las partes.

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Lograr inversiones a través de crowdfunding es tan fácil como parece. La buena noticia es que le da oportunidad a todo tipo de proyectos, pero no implica un riesgo grande de inversión: las sumas aportadas no son muy grandes y, en caso de no llegar al total necesario para lanzar una idea, la plata vuelve a su origen.

Ya sabés: nadie llega muy lejos sin alguna que otra mano en el camino. ¿Ya tenés una idea para empezar tu propia campaña de crowdfunding? O, quién te dice, capaz invitás algunos cafecitos a emprendedores.