El Parque Tecnológico Bariloche, como una de las fuertes alternativas para la diversificación de la matriz productiva de la ciudad, continúa avanzando a pasos firmes, aún en un contexto de incertidumbre económica

El presidente del Parque Tecnológico Bariloche, Lorenzo Raggio, repasó los principales aspectos de este ambicioso proyecto que con sus 300 hectáreas, apunta a romper la estacionalidad y a dar al destino un modo de generar empleo, productos y servicios más allá del turismo.

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"Argentina nos pone en estas situaciones donde hay que re analizar y replantear las cosas a corto y en lo inmediato", dijo Raggio en diálogo con Bariloche Opina. "Lo que estamos planteando pretende cambiar y diversificar la matriz productiva de la ciudad, incorporando actividades y producción, generando empleo", remarcó.

Según explicó, el Parque Tecnológico es un proyecto que  tiene que ir "surfeando estas pequeñas etapas de incertidumbre, donde las condiciones se cambian completamente".

Mientras el proyecto continúa avanzando, se pueden observar dos situaciones: Empresas medianas y grandes que se van instalando en el Parque "y saben que esto es transitorio, que requiere un acomodamiento", pero otras "más pequeñas que son puestas a prueba y cada decisión puede determinar su continuidad o no".

Vale recordar que hasta el momento, ya son 70 las empresas que compraron su lote dentro del Parque, "y estamos buscando que de a poco se vayan radicando".

Otro de los aspectos que Raggio mencionó, fue sobre los inicios del proyecto, donde el Parque se pensaba en virtud a las empresas locales. Una vez afianzado este objetivo, comenzó la segunda etapa de atraer a empresas de afuera.

Un claro ejemplo es Arsat, que actualmente cuenta con su planta en la localidad bonaerense de Benavídez, pero dentro del Parque Tecnológico podrá contar con el centro más importante del país, con desarrollo de la tecnología 4.0, el "internet de las cosas", "que tiene que ver con todo un proyecto de modernización tanto del sector público como del privado".

Bariloche ofrece varios "atractivos" para que, justamente, firmas nacionales o multinacionales tengan "una mirada favorable" hacia el Parque Tecnológico, como la calidad de vida o el entorno científico residente.

"Los que nos vienen a consultar se encuentran que tienen lotes de 300 metros, 700 metros, o 5.000 o 10.000 metros cuadrados, que se adaptan a cada necesidad", destacó.

Por otro lado, frente a algunos temores de que el Parque se transforme en un nodo industrial inserto, en un futuro, dentro de la ciudad, Raggio señaló que "por hoy está en una zona alejada, pero algún día terminará integrado".

"Bariloche es la ciudad del conocimiento, de la investigación, del desarrollo, de la instalación de universidades", sostuvo.

Entonces "no queremos un parque productivo industrial tecnológico clásico, con grandes extensiones y una producción que quizás no es la que nos identifica", enfatizó.

El crecimiento de la ciudad misma también plantea varios desafíos. Mientras que el Parque Tecnológico promueve una progresión "ordenada" en su desarrollo, debe convivir con una contínua expansión que incide sobre la calidad de vida de la población y el impacto ambiental.

En tal sentido, Raggio consideró que "muchas veces, cuando uno analiza proyectos tanto en lo público como en lo privado, se ve una "foto" a muy corto plazo, donde se necesitan respuestas y soluciones casi de inmediato".

Pero "cuando arrancamos con el Parque en 2016, uno de los temores que nos planteaban era si se trataba de otro anuncio que luego queda en la nada, y además, que sería un negocio inmobiliario para algunos pocos, y seguiremos teniendo los mismos problemas de siempre".

Ahora, muchas de esas 70 empresas que optaron por instalarse "no son de las más conocidas ni significativas, sino que quizás son emprendedores locales que están buscando una oportunidad y desarrollar su producto. Uno no debería dejarse "tentar" por la urgencia".

"La gobernadora Arabela Carreras siempre ha planteado políticas que tengan que ver a largo plazo", continuó. "Con el Parque se buscó eso: Un desarrollo a futuro, integrado entre el sector público y privado, que tuviera su impacto en 10, 12 o 15 años".

Otra de las consultas se basó en el reclamo de ciertos sectores de la población sobre la "pioridad" de la instalación de servicios, como agua, electricidad o gas dentro del Parque, contra las dificultades para hacerlos llegar a algunos barrios.

Ante esto, Raggio indico que "se entendió que poner "el caballo delante del carro", o sea, generar empleo y actividad económica mejorará la calidad de vida de los barilochenses. Eso traerá aparejado los servicios y el mejoramiento de las condiciones en general".

Recordó que antes de comenzar el proyecto "no había gas, ni energía. Tampoco cloacas ni agua, por lo que tuvimos que construir un sistema propio. Pero estamos convencidos que es "la punta de lanza" del mejoramiento de la calidad de los servicios en general en la ciudad".

De esta forma, "generar servicios dentro de un espacio productivo, lejos de privar a la ciudad de ellos, va a terminar empujando la demanda para que todos los tengamos".

(Bariloche Opina)