La película de la que más se ha hablado en los últimos meses, la pre-seleccionada para representar a nuestro país en los Oscar, la que tuvo una ovación de pie en el Festival de Cine de Venecia, la última creación de Santiago Mitre (“El estudiante”, “Paulina”, “La cordillera), finalmente llegó a nuestros cines. 

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“Argentina, 1985” retrata los meses previos y el desarrollo del juicio a las Juntas Militares, responsables del Golpe de Estado que duró de 1976 a 1982. En especial, se centra en el trabajo realizado por el fiscal Julio Strassera (Ricardo Darín), el fiscal adjunto Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani) y el equipo de jóvenes abogados/as que colaboraron en la investigación para presentar las pruebas que demostraron que los actos formaron parte de un plan sistemático de exterminio.

El guión incluye tanto las contradicciones internas de la gestión política del momento, así como del Poder Judicial, sin dejar de lado la experiencia íntima de estos protagonistas, así como de las víctimas que prestaron testimonio, haciendo saber al mundo entero acerca de las atrocidades cometidas por militares y civiles durante esta dictadura. 

La película muestra de manera elocuente la importancia de lo que se estaba construyendo en aquel momento, a través de un acto que podía traer el riesgo de otro levantamiento militar, el riesgo de “quedar en la nada”, así como riesgo personal de cada persona involucrada en el acto de a los responsables. Sin embargo, también logra transmitir la manera en que aquellos riesgos o miedos se fueron superando, a medida que la verdad salía la luz, trayendo consigo una esperanza de justicia, con todas las garantías. 

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El recorrido se muestra tanto a nivel personal ya que, el propio Strassera no estaba convencido que el juicio se fuera a llevar a cabo, así como en la sociedad, que fue partícipe a través de los medios y el trabajo incansable de las organizaciones de Derechos Humanos, como “Abuelas de Plaza de Mayo”.

Por otra parte, el guión encuentra un equilibrio al contar una historia de dolor, pero que también incluye orgullo al ser uno de los pocos y primeros países en llevar a juicio a los responsables de un golpe militar, mechando con diálogos cómicos que ayudan a aliviar la temática, sin caer en banalizaciones. 

El trabajo de ambientación es impecable y resulta clave para sentir  la historia de cerca. Cada detalle de la ciudad, despachos del palacio de Tribunales y caracterización de los personajes, está cuidada, para llevarnos hasta mediados de los 80s.

La fotografía a cargo de Javier Julia crea el ambiente perfecto para transmitir las luces y sombras de este proceso, lo que se aprecia en la pantalla grande. La calidad técnica se suma a un guión completo (a cargo del mismo Santiago Mitre y Mariano Llinás) y un trabajo actoral que se aleja de la imitación, para dar lugar a verdaderas interpretaciones. 

Una película que vale la pena ver en comunidad en una sala de cine, compartiendo emociones pero que también estará disponible en la plataforma de Amazon Prime Video a partir del 20 de octubre.