Finalizó el 12° Festival de Titiriteros Andariegos

Finalizó el 12° Festival de Titiriteros Andariegos que ya tiene un nombre propio y está muy bien considerado entre los titiriteros, un festival que es una fiesta para los que participan de alguna de sus diversas propuestas.
Las actividades relacionadas con los andariegos -como la muestra Biblioteca de Libros Fantásticos y la función de La Biblioneta- empezaron el 1° de mayo, y el festival con sus funciones, charla y desfile, se hizo entre el 12 y el 20 de mayo.

Este año el Desfile de Títeres Gigantes superó las expectativas en cantidad de "desfilantes" y de público. Ese sábado 12 acompañó el sol y el calorcito, y mientras algunos comían el último helado de la temporada, los gigantes avanzaron por calle Mitre hasta el Centro Cívico. Adultos y niños mostraron su trabajo en el escenario, contaron cómo habían hecho sus títeres, qué historia representaban. Todos disfrutaron de una fiesta callejera, convocada -en el deseo de festejar- por la organización del festival. Un desfile que a fuerza de repetirse (aunque nunca nada se repita en este festejo) ya es un clásico del otoño barilochense.

Adultos y niños disfrutaron de las obras de títeres, pese a que durante los días del festival el clima dejó de acompañar y el invierno se anticipó con lluvia, heladas y nevadas. Entre las funciones que hubo para adultos, el elenco barilochense Objetable teatro volvió a deslumbrar con su obra Los caminos del deseo. La obra Trascartón, del roquense Rafael Teixido de Alpargatas, logró un clima propio e intenso, y también desde Córdoba llegó una propuesta para adultos, la obra Los bufos de la Matinée del elenco El Chonchón.
Atacados por el arte, titiriteros de fama internacional que viven en Cipolletti, trajeron dos obras, con las que se inauguró el festival: La niña invisible y ¿Podés silbar? Dos propuestas para todo público desde los 6 años de edad.
Entonces, ¿fue este un festival exclusivo de títeres para adultos? Desde ya que no, porque como siempre hubo muchas propuestas para niños, aunque cada vez queda más claro que los títeres no son sólo para niños.

Desde Río Grande do Sul, Brasil, llegó la obra Cobra Grande, del elenco A Turma do Dionisio, para todo público y más allá de los límites idiomáticos. De Colombia, los Granito Cafecito trajeron una versión del cuento clásico Los tres chanchitos y el lobo; desde Mendoza llegaron Los Juglares que presentaron Juglarías del camino.
Luciano Ortega del elenco Los Juglares, también dio la charla "El títere y la fantástica" en el Instituto de Formación Docente Continúa de Bariloche, dentro de las actividades del festival.
Desde Buenos Aires, llegaron Los Bufones con su obra Lumbrí... una historia de amor, para hacer suspirar y reír a grandes y chicos. Desde San Martín de los Andes La Pelela presentó una versión de un super clásico de la literatura castellana con Don Qui-jote de la Mancha. Y también para los niños, el Teatro Alpargata presentó Juancito y María... otra vez, de nuevo una versión de un clásico, en este caso de Javier Villafañe.

Como en otras ocasiones, este año también se dieron algunas funciones gratuitas, como para que el dinero no impida disfrutar del festival: Títeres al viento presentó en la Escuela de Arte La Llave su obra Enredos de un gato y un ratón, frente una sala llena de un público entusiasta. Y en el Centro Cívico -pese al clima un tanto inhóspito del domingo 6 de mayo-, se presentó La Biblioneta, un espectáculo que llega montado en una camioneta que es también una biblioteca móvil.

Este año los libros y la literatura tuvieron una presencia fuerte en el festival porque se quiso remarcar que son materia prima de titiriteros; la literatura es de donde vienen muchas de las historias que después se cuentan en los retablos. Esta especie de homenaje que decidió hacer el festival hacia lo que cuentan los libros, tuvo su punto de partida en la muestra plástica la Biblioteca de Libros Fantásticos, de la artista española Carmen Domech. La muestra -traída a la Argentina por primera vez gracias al esfuerzo de los festivales El Cuyanito, de Mendoza, y de Titiriteros Andariegos de Bariloche- se montó en la sala Frey del Centro Cívico entre el 1° y el 12 de mayo. Fue visitada por escuelas, padres con sus hijos, niños, adolescentes y adultos. Tuvo tanto éxito que la organización calcula que la vieron unas 500 personas por día.

Este festival se hace gracias al entusiasmo, voluntad y organización de Mónica Segovia, de Títeres El Abrojito. Cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro, la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Bariloche, el Movimiento de Titiriteros Independientes de Argentina y el RENAFIT (Red Nacional de Festivales Independientes de Títeres de la Argentina). Ha sido declarado de interés cultural y educativo por la Secretaría de Cultura de Nación, la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, la Legislatura de la Provincia de Río Negro y el Concejo Deliberante de la Municipalidad de San Carlos de Bariloche. Pero no sería posible –aclaran desde la organización- sin el apoyo y participación del público, los auspiciantes, padrinos y colaboradores.

Dentro de más o menos un año habrá que estar atento para ver llegar, confundiéndose entre los colores del otoño patagónico, a otra camada de titiriteros andariegos, que vendrán de todas partes del mundo a disfrutar y compartir un nuevo festejo con el público.

(Prensa Festival Titiriteros Andariegos)