Buscan a tres barilochenses perdidos en el mar

Los tripulantes del velero "Maratonga" perdieron todo tipo contacto con sus familiares el 26 de julio pasado, 13 días después de haber salido desde Costa Rica con destino a las islas Azores y luego Portugal y España. El último contacto lo tuvieron cuando se encontraban navegando en el norte de Estados Unidos.

Los barilochenses Raúl Oscar Enriquez, su hijo Pablo Sebastián, ambos ingenieros navales, y el escribano Raúl Echevarría, viajaban a bordo del velero de bandera costarricense. De acuerdo a lo que habían planificado, el viajo duraría unos 40 días.

La esposa de Enríquez y madre de Pablo, Nélida Mihailov, explicó hoy en diálogo con Radio Seis que la embarcación cuenta con el equipamiento necesario para atravesar el Océano Atlántico, pero misteriosamente nada se sabe de ellos desde hace más de tres meses. "No se han comunicado ni hay registro de que hayan arribado a algún puerto", dijo.

Relató que llevaban provisiones para 90 días, y que el GPS funcionó durante los primeros días de la travesía, la que cual pudieron seguir a través de la señal satelital.

La esperanza de ubicarlos renació cuando la señal de conexión del programa de comunicación Skype de su hijo se activó, pero que aún no han podido lograr recuperar las coordenadas exactas desde donde se produjo, para establecer su ubicación.

Con desesperación, la señora afirmó que "cada minuto puede ser la diferencia entre la vida y la muerte", y criticó fuertemente a las autoridades argentinas por no activar los mecanismos necesarios para iniciar la búsqueda.

Dijo que ya realizó pedidos formales a la Cancillería Argentina, al Ministerio de Seguridad y otros organismos, sin resultados. Además intentó comunicarse por correo electrónico con el gobierno de Costa Rica, y con el de Estados Unidos, desde donde respondieron que no pueden iniciar la búsqueda porque el barco partió de un puerto extranjero y está fuera de las aguas norteamericanas.

Mihailov afirmó que están solicitando a la Armada y a la Prefectura Argentina que emitan una alerta internacional con las características de la embarcación para que los barcos en alta mar puedan identificarla.

"Pablo y Raúl son ingenieros navales. Pablo lo único que hizo en su vida es estudiar. Acabados sus estudios en Buenos Aires no quiso quedarse, le tiraba Bariloche, y se volvió. Antes de entregarse al trabajo y las obligaciones decidió acompañar a su papá y tres amigos más en esta travesía. Dos se volvieron antes por razones personales y ellos decidieron continuar pensando que tal vez no tendrían otra oportunidad de hacer ese viaje", explicó angustiada al medio local.

La búsqueda está centrada en la página de Facebook "Maratonga missing desaparecido". (Bariloche Opina)