Cerro Campanario realiza trabajos preventivos de tala de árboles

La empresa Cerro Campanario, concesionaria de la aerosilla y la confitería en la montaña homónima, trabaja en una poda y tala preventiva de árboles que rodean a la infraestructura turística, en base a antecedentes fatales en la región y a un riguroso estudio ambiental.

Según indicaron, se trata de un plan de manejo basado en “la necesidad de mantener lo mejor posible el entorno boscoso” tanto como en “la necesidad y responsabilidad inmediata de abordar situaciones de peligro inminente con daño temido”, como lo propusieron los especialistas que diseñaron la intervención.

Ante la consulta de vecinos del lugar, aclararon que el trabajo fue "debidamente autorizado" por la Municipalidad de Bariloche (poder concedente) y el Servicio Forestal Andino, máxima autoridad sobre los bosques, y además fueron notificados otros de los actores principales de la temática ambiental en el lugar: la Junta Vecinal Laguna El Trébol (con su presidenta Maite Vacarezza, una de las mayores expertas en bosques de Bariloche) y la organización Árbol de Pie, que vela con celo por los bosques andino patagónicos.

El complejo turístico y también apreciado por residentes fue inaugurado en 1968, y sus creadores ya entonces decidieron priorizar el cuidado del entorno natural, por lo que la aerosilla y la confitería fueron edificadas sin trazar un camino de acceso a la cima, único emprendimiento con esta característica.

En estos 50 años la masa boscosa –de coihues y cipreses- fue creciendo y ante las cada vez más frecuentes caídas de árboles y gajos de gran tamaño hicieron ver a Cerro Campanario la necesidad de una nueva intervención para resguardar la seguridad de los miles de visitantes del lugar.

Por ello en 2019 encargaron un estudio del tema a los expertos forestales Santiago Quiroga y Adolfo Moretti, quienes elaboraron un detallado informe de situación, con antecedentes y estado actual de árboles de riesgo (ADR) en entornos boscosos con uso público intensivo, determinación de factores de riesgo, una minuciosa evaluación de cada ejemplar del bosque, y una propuesta de manejo y protocolo de intervención.

Para el período entre 2019 y 2025 los expertos propusieron una intervención en 118 árboles, de los que se voltean sólo 36, y sobre el resto se aplican podas y monitoreo biológico.

Estas acciones fueron divididas además en “urgentes”, “importantes” y “monitoreables”, y así avanzarán en los períodos previstos.

“La implementación de una actividad humana de alta carga humana y permanencia sobre una ladera boscosa en fase de dinámica natural de desmoronamiento biológico, requiere de la implementación de un plan de manejo que tienda a garantizar los estándares de seguridad que aborden los peligros inminentes y minimicen los riesgos generales propios de la naturaleza”, concluyeron los expertos.