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Familiares de los dos jóvenes atropellados piden prisión efectiva para imputado

Mediante una carta, familiares de Celeste Domínguez y Rodrigo Pereyra expresaron su dolor e indignación luego que se conociera la decisión de otorgar prisión domiciliaria a Matias Rosciani Carabajal, imputado por "doble homicidio culposo agravado".

Familiares de los dos jóvenes atropellados piden prisión efectiva para imputado
jueves 28 de septiembre de 2017

Mediante una carta, familiares de Celeste Domínguez y Rodrigo Pereyra expresaron su dolor e indignación luego que se conociera la decisión de otorgar prisión domiciliaria a Matias Rosciani Carabajal, imputado por "doble homicidio culposo agravado". A continuación la transcripción textual:

Dos muertes y una pena que no alcanza: Bariloche llora a Rodrigo y a Celeste

Justo cuando se cumplía una década del programa "Una noche sin alcohol", un asesinato doble y brutal fue la noticia a la altura del kilómetro 4,3 de la avenida Bustillo, una de las principales arterias de la ciudad de Bariloche, donde curiosamente no había ningún control.

El conductor manejaba en estado de ebriedad (1,36% de graduación alcohólica), sin registro -su licencia estaba retenida desde junio también por alcoholemia-, sin seguro automotor, a una velocidad de casi 100 kilómetros por hora (la máxima permitida es de 60), cruzando en doble línea amarilla con un auto que, según las pericias, estaba en condiciones inaceptables.

Una máquina de la muerte con la que arremetió contra la vida de Rodrigo y Celeste, quienes regresaban a sus hogares luego de trabajar, en moto (a 30 kilómetros por hora) y sobrios.

Rodrigo de 32 años, oriundo de San Martín, vivía desde 2014 en Bariloche y trabajaba desde entonces como jefe de cocina de un conocido restaurante local. Celeste, de 27 años, que también trabajaba en el mismo negocio, salía sabiendo que se reencontraría pronto con su hijo de ocho.

El cuerpo de Rodrigo fue encontrado inerte en el momento del accidente, el de ella, reclamado por la familia y en medio de una profunda desidia por parte de todos los actores de la justicia y el orden público, fue hallado diez horas más tarde, sin poder saber si su fallecimiento fue inmediato o si, por el contrario, su vida hubiese podido salvarse.

Queremos prisión efectiva La pena máxima que establece la ley para el acusado, Matias Rosciani Carabajal, es de seis años, pero no alcanza. Lo que pedimos como familia de las víctimas es que la pena sea de prisión efectiva. Esto implica que no haya beneficios posteriores para el imputado, que la pena se cumpla en su máxima.

Queremos tener nuestro tiempo de duelo, no queremos ver dentro de unas semanas o unos meses al tipo que le arrebató la vida a Rodrigo, a Celeste y a nosotros. No queremos que, como tantas veces, la pena se reduzca por un sinfín de matemáticas demenciales que siempre restan pena y agregan dolor. Pero lo que sí queremos es ayudar a generar un cambio. ¿Por qué consideramos que la pena debe ser efectiva? Sabemos que el conductor eligió manejar a pesar de su elevado estado de ebriedad y lo hizo en infracción.

Sin registro de conductor, sin seguro automotor, y por consiguiente ningún recaudo o respeto por la vida ajena, salió armado con un auto que no estaba en condiciones para circular en la vía pública. Él bien sabía que esto podía pasar, ¿por qué decidió manejar? Y una vez frente al volante, ¿por qué decidió superar más de 50% el límite máximo de velocidad?.

Está por demás claro que no estamos ante un hecho de negligencia. Esto nos hace dudar fuertemente si la caratula con la que se lo acusa es correcta, porque una vez más, esto no es negligencia.

Matias Rosciani Carabajal bien sabía que esto podía pasar, pero nada de eso le importó. Hablemos de las responsabilidades de cada uno de los actores de este hecho. ¿Los controles? inexistentes , como siempre, ese mismo camino fue el final de otras tantas vidas y, aun así, ni un solo control. ¿La respuesta de los organismos oficiales que intervienen en el hecho? Nulas para Rodrigo, para Celeste y, después del impacto que terminó con sus vidas, igual de nulas para su familia y amigos.

Mientras un violento al que no le importa matar cuenta con el derecho de un defensor oficial, del lado de los damnificados nadie encuentra apoyo de ningún tipo. No hay para nosotros explicaciones, cooperación o asistencia por parte de las autoridades que son responsables de controlar, señalar y cuidar.

Bariloche está de duelo. Por Rodrigo, por Celeste, porque la desidia le arrebató sus sueños. Mientras muchos miran para otro lado, nosotros estamos buscando una respuesta, un debate, una explicación para que no vuelvan a atropellarnos. ¿Cómo educamos si la justicia no responde cuando nos quitan la vida? Esta vez fue a ellos, mañana te puede pasar a vos. Familia y amigos de Celeste Domínguez y Rodrigo Pereira.

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