"El feminismo no soluciona los verdaderos problemas de la mujer", aseguró Sara Winter

Sara Winter, conferencista, escritora y ex integrante del movimiento feminista FEMEN, que fundó años atrás, estuvo en Bariloche donde contó sus vivencias y por qué decidió volcarse a participar activamente en la causa Provida.

Sara tiene 26 años, y nació en la ciudad de San Carlos, en el Estado de San Pablo. Actualmente es Coordinadora Nacional de Políticas para la Maternidad, en el Ministerio de la Mujer, Familia y Derechos Humanos.

En diálogo con Bariloche Opina, ella habló de sus orígenes en el seno de una familia "desestructurada, con un hermano que se metió en las drogas, que me echó de mi casa a los 16 años. Viví en las calles, transité por la prostitución para sobrevivir, fui violada, lo que me generó una situación muy traumática, me relacioné con dorgadictos, alcohólicos y en ese marco conocí el movimiento feminista".

Consideró que al principio, este movimiento ofrecía "un discurso atractivo, romántico, que cambiaría mi vida, a curar mis dolores, que me daría independencia y libertad, algo que muchos jóvenes anhelan y más alguien como yo que había sufrido tanto".

Desde allí aprendió a ser una activista feminista, convirtiéndose en una líder y co-fundadora de FEMEN. "Pero quedé embarazada y por el consejo de amistades, por la creencia de que el bebé no era un ser humano, sino un conjunto de células sin conciencia, me hice un aborto con consecuencias terribles y casi muero".

"Pero las feministas que gritan en la calle con su pañuelo verde "Ni una menos", me transformaron también en "una menos". Me dejaron para morir cuando pedí ayuda después de tener una hemorragia y la única persona que me ayudó fue un hombre cristiano que me llevó hasta un hospital", recordó.

Hace casi cuatro años tuvo otro bebé "que es lo que más amo en la tierra", hizo la Licenciatura en Relaciones Internacionales, y viaja para disertar sobre el feminismo y su incidencia en la mujer. "Cuando una chica está en una situación de violencia no necesita gritos, ni salir con el torso desnudo a la calle o un pañuelo verde. Necesita políticas públicas de igualidad para el embarazo, educación afectiva, y caridad".

"Estuve cinco años sometida a un movimiento que tiene como fondo drogas, alcohol, lavado de dinero de partidos políticos de Izquierda", indicó. "Hoy vemos una guerra asimétrica porque los pañuelos celestes defienden las dos vidas mientras que los verdes, solo una. Pero el aborto no es una solución habiendo otras políticas públicas inteligentes".

"El feminismo no soluciona los verdaderos problemas de la mujer", remarcó. "Pero por mi cambio ya me han agredido cuatro veces en la calle. Hay grupos totalitarios que no tienen nada que ver con la democracia, detrás de la fachada de Justicia Social o igualdad de género, y califican como "fascistas" o "fundamentalistas" a quienes no están de acuerdo con ellos".

"Afortunadamente en Latinoamérica, la mayoría está a favor de las dos vidas", afirmó. "Hay una minoría que hace mucho ruido y existen muchas técnicas para que parezcan que son más. Pero por eso somos tan atacados por tantas organizaciones internacionales que quieren legalizar el aborto, como el FMI". (Bariloche Opina)