Por la negativa: Solicitamos detener nuevas organizaciones en el bosque nativo patagónico, porque las zonas para habitar no deberían ser áreas con fragilidad ambiental.

Las mismas condenan a las especies más sensibles como cipreses o coihues, ya que las mismas son especies de crecimiento lento, de difícil rebrote y su regeneración se encuentra limitada a la supervivencia de los renovales ante las presiones antrópicas.

Las existentes dentro de predios urbanizados en 30, 90 o 120 años mostrarán una desaparición de especias animales y vegetales del 90%.

Por tanto, la única forma de conservar nuestro paisaje nativos dentro de un ejido municipal es evitar las urbanizaciones en forma extendida y continua.

Para lo expuesto previamente, les pedimos a los funcionarios públicos que generen normativas, ordenanzas y legislaciones para detener nuevas urbanizaciones en zonas que aún se mantienen en estado natural y con bosque nativo de más de una hectárea, alejando los desarrollos habitados al menos 100m de los contornos del bosque.

En el caso específico de Bariloche se debe suspender el PEID o Plan Estratégico de Integral de Desarrollo tal como está, pues aún no hay normas que protejan definitivamente el bosque nativo y su aprobación autorizaría la urbanización de grandes lotes con bosque nativo al oeste de esta ciudad.

También es necesario suspender el PDUA o Plan de Desarrollo Urbano Ambiental, ya que su vigencia va en contra de todo criterio de conservación del bosque nativo, además de contener graves errores, no contemplar claramente mapas de bosque nativo, de mallines, de riesgos de incendio, ni de condiciones aptas en su capacidad infraestructural y de servicios para habitar el oeste de Bariloche.

Por la positiva: La alternativa sería establecer áreas de gran tamaño, mayores a 10has con bosque nativo, los cuales no se modifiquen y sea viable su conservación, de forma que mantengan una continuidad en forma de un parche de bosque nativo lindante en un borde con otro , para generar un corredor biológico que favorezca también el desplazamiento de especies animales.

A cambio se podría urbanizar una superficie menor a 10has, lindante a dichos parches de bosque nativo y donde se prohíba la introducción de especies exóticas invasoras, de las que existen una gran variedad en uso dentro de Bariloche y transforman el paisaje nativo que es el atractivo para el turismo.

Paralelamente, sería bienvenida alguna normativa, ordenanza o legislación que permita la venta de derechos de construcción donde se restrinja dicha actividad de urbanización, a fin de ser destinado ese derecho construible a zonas donde se autorice aumentar la superficie y no afecte al medio ambiente o el paisaje, preferentemente al este de la ciudad.

Observatorio del Derecho a la Ciudad de Bariloche