Después de más de treinta años, el clásico de los 80s tiene su secuela. “Top Gun: Maverick” llegó a los cines, para quienes gustan de sentir nostalgia por un ícono de su adolescencia y para quienes, aún no habiendo vivido en aquella época, quieren disfrutar de una buena película de acción en la gran pantalla. 

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El fenómeno de tomar producciones que puedan evocar ciertos sentimientos en generaciones pasadas, trayendolas reeditadas al presente, es propio de esta era posmoderna en la que la mayoría de las creaciones no son ciento por ciento originales.

Actualmente, en las plataformas más conocidas, algunas de las películas con mayor audiencia son, entre otras, las sagas de “Volver al Futuro” y “Rocky” (con sus muchísimas secuelas taquilleras) y, por otra parte, películas icónicas como “Karate Kid”, la cual  tiene su secuela en formato serie (“Cobra Kai”) con gran éxito entre el público adolescente así como el adulto que vivió su juventud cuando la película fue furor.

En este caso, “Top Gun: Maverick'' toma todos los elementos icónicos de la primera, de una forma explícita para marcar el tono nostálgico de la historia. Sin embargo, no se queda solo en la fachada decorativa, sino que profundiza en los vínculos de los protagonistas y sus legados. Maverick (Tom Cruise) sigue siendo el mejor y más irreverente piloto, pero su desobediencia le ha costado  varios ascensos en el ejército. Por su parte, Iceman (Val Kilmer) es un pilar de la institución y un gran amigo que volverá a marcar el camino del rebelde Maverick.

El recuerdo de Goose está presente a través de su hijo, quien quiere avanzar en su carrera de piloto no sin antes enfrentarse a ciertos fantasmas que involucran al amigo de su padre. 

La película se toma su tiempo para armar la trama, profundizando mucho más en los lazos y emociones que en la primera entrega, la cual había sido calificada de liviana y cercana a una “propaganda del ejército de EE. UU.”.

Casi cuando la historia amenaza con ponerse melosa, comienza la acción y el despliegue audiovisual del combate en aviones F-18. Con mínimos efectos especiales y muchísimas escenas reales, las  pruebas en el aire se disfrutan y entienden (a diferencia de otras creaciones del mismo género). Es sabido que Tom Cruise siempre hace sus propias escenas de riesgo, es piloto calificado y, estando detrás de la producción de esta película, se nota su influencia para hacer que esto se vea bien. 

Si bien no es una película que pueda atraer a todo tipo de audiencia, tiene grandes chances de ser disfrutada por el público nostálgico y por quienes gustan de las películas de acción. 

Siguiendo en la línea de recordar buenos tiempos pasados del cine, recomiendo el documental “Val” (T. Poo, L. Scott, 2021), disponible en la plataforma Amazon Prime Video, en el cual, después de haber perdido su voz a raíz del cáncer, Val Kilmer comparte infinitas horas de grabación de videos caseros desde su niñez hasta la actualidad.

El actor expone su vida, sus éxitos, fracasos y dolores con gran ternura y madurez, en una excelente producción cinematográfica. Allí se nota la importancia que “Top Gun” tuvo en su carrera y en su vida, el cariño que guarda por el personaje Iceman y el amor del público por él también.