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24 de marzo: Cine de la democracia

24 de marzo: Cine de la democracia
viernes 24 de marzo de 2023

En un nuevo “Día por la Memoria, la Verdad y la Justicia” y en el año en el que se cumplen cuarenta años de democracia, traemos películas estrenadas durante esos primeros años tras el fin de la dictadura.

Películas que se hicieron cuando la libertad no estaba todavía consolidada y, en ciertos casos, cuando los crímenes por el terrorismo de Estado aún no habían sido enjuciados. 

Tomando el análisis de Octavio Getino en su libro “Cine argentino: entre lo posible y lo deseable”, podemos distinguir tres tipos de películas estrenadas durante los primeros años de democracia, entre 1983 y 1988.

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Por una parte, el cine comercial, aquel que veía al público como un consumidor, al cine como una mercancía para lucrar, que hizo uso del fin de la censura para mostrar escenas de sexo y uso de drogas, en clave de género, ya sea desde las comedias o películas policiales.

Por otra parte, el que el autor llama cine de calidad, es decir, aquel que buscó transmitir un mensaje y una imagen nacional al mundo a través de películas de calidad estética y técnica, con temáticas ligadas a la democracia, con retrospectiva y una cierta intencionalidad de sumar a la línea política y cultural del gobierno del momento. 

En este punto, hablamos de películas como “La historia oficial” (Luis Puenzo, 1986), que puso a la Argentina en el ojo del mundo (y del mundo del cine) desde un lugar positivo, que contribuyó a dar a conocer parte de la historia del momento más oscuro del país, a través de un relato particular de una familia, utilizando el lenguaje cinematográfico con excelencia.

Fue una de las que tuvo mayor cantidad de premios internacionales, llegando a su máxima expresión en la entrega de los Oscar de ese año. Actualmente está disponible en la plataforma de Netflix.

Otras de las que se incluyen dentro de esta categoría fueron “La noche de los lápices” (Héctor Olivera, 1986), que retrató ese hecho en la pantalla grande y que fue una de las herramientas para relatar parte de la historia en los colegios de esa y la siguiente década y “Camila” (María Luisa Bemberg, 1983) la cual, si bien no retrata hechos de la última dictadura cívico-militar, forma parte de la colección de películas históricas de calidad. Ambas están disponibles en Amazon Prime Video. 

Getino también menciona dentro de este cine de calidad y, en este caso, más cercano al cine de autoría, a “Hombre mirando al sudeste” (Eliseo Subiela, 1985), otra película de ficción cuyo guión no está ligado a la historia nacional pero que forma parte de una producción nacional de la época y que contribuyó a mostrar producciones completas que se lucían en técnica, guión, interpretaciones, música, etc. 

Finalmente, en esos primeros cinco años también se estrenaron dos películas que quedan por fuera de esta clasificación pero que vale la pena mencionar. En primer lugar, “Juan, como si nada hubiera sucedido” (Carlos Echeverría, 1987), un documental que indaga sobre la desaparición de Juan Marcos Herman en Bariloche (disponible en www.octubretv.com), una pieza necesaria e imprescindible para echar luz sobre esta parte oscura de nuestra historia local y “Esperando la carroza” (Alejandro Doria, 1986) una comedia negra que, si bien no tuvo éxito comercial en su estreno, se convirtió en la mayor película de culto de nuestro país. Una película que divierte sin hacer la vista gorda al pasado reciente, a través de chistes y guiños dirigidos a un público general que puede hacerse preguntas aún cuando esté riendo.

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