En el 120 aniversario de su nacimiento, recordamos y celebramos a Silvina Ocampo, una de las escritoras más importantes de la literatura argentina del siglo XX.

Silvina Inocencia Ocampo nació el 28 de julio de 1903 en Buenos Aires, siendo la menor de las seis hijas de Manuel Silvino Ocampo y Ramona Aguirre. Desde temprana edad, demostró interés por la pintura y una inclinación natural hacia la poesía. Durante su juventud, estudió dibujo en París bajo la tutela de Giorgio de Chirico y Fernand Léger, lo que claramente influyó en sus escritos. En algunos de sus cuentos se puede percibir la presencia de colores que brotan de las palabras, reflejo de su formación artística.

Su primer libro de cuentos, "Viaje olvidado" (1937), inicialmente no fue bien recibido por la crítica. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta obra fue revalorizada al reconocer que contenía, al menos en potencia, todos los elementos que caracterizan la narrativa posterior de Ocampo: una visión distorsionada de la realidad; un carácter poético; tendencia a lo pictórico y lo autobiográfico; además de historias donde el humor y la crueldad se entrelazan, generando una fascinante incomodidad en el lector.

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Temas frecuentes en su narrativa

En respuesta a la pregunta sobre cuáles eran los temas constantes que definían su obra, Silvina Ocampo mencionó: "Yo creo que es el amor, el tiempo, la confusión de sentimientos, complicaciones en las relaciones humanas. A veces temas que no quisiera abordar, pero que vienen a mi encuentro. Los de la venganza, de los celos, del dominio de un ser sobre otro, el engaño, la naturaleza. Los animales, la vida animal, la infancia."

Al ponernos en contacto con su obra, descubrimos que los personajes de sus relatos son seres tan ambiguos y enigmáticos que no sorprende que el mismo Borges haya sido profundamente interpelado por la escritura de Silvina. Para el escritor argentino, Silvina Ocampo proponía "una realidad en la que conviven lo quimérico y lo cotidiano, la crueldad minuciosa de los niños y la recatada ternura, la hamaca paraguaya de una quinta y la mitología".

Es innegable que, tras leer a Silvina Ocampo, ya no seremos las mismas personas. Su literatura nos transforma y nos deja reflexionando sobre las complejidades del ser humano y el mundo que nos rodea.