De cerro en cerro: la travesía por Bariloche que mejora la salud

Curiosidad, deseo, ganas, haberse enterado de la experiencia por algún amigo o compañero de trabajo, son algunos de los motivos que llevan a los turistas a emprender el complejo desafío del trekking por los cerros de Bariloche.

Bariloche tiene efectos positivos en el cerebro

La aventura por el Cerro Tronador, López, Campanario, Otto, Runge, Challhuaco y Leones combina lo mejor de la naturaleza de Bariloche con la capacidad de sobreponerse a la fatiga cuando las piernas ya no pueden más ante tanta fatiga. Ahí la lucha se torna personal contra el factor psicológico que es lo que permitirá llegar al objetivo planteado.

El orgullo de haber cumplido el objetivo dará paso a un merecido descanso en los refugios o cabañas de Bariloche, perfectamente acondicionadas para los visitantes que se atreven a emprender el desafío de los gigantes de piedra.

La ciencia se hizo eco de este fenómeno en auge y la National Academy of Sciences (NAS) llegó a la conclusión de que caminar rodeados de la naturaleza y al aire libre genera sensación de alivio y despreocupación ya que la subida a los cerros inhibe el flujo sanguíneo hacia la corteza prefrontal, encargada de activar mecanismos de estrés y malhumor.
Otro de los resultados impactantes demostrados por un grupo de psicólogos es que desconectarse de la tecnología durante cuatro días mientras se está en contacto con la naturaleza aumenta hasta un 50% el rendimiento creativo y la capacidad de resolución de problemas.

La maravilla del Cerro Tronador

Te recomendamos que previo a esta excursión hayas descansado un mínimo de 8 horas con la mayor comodidad posible que te ofrecen los hoteles céntricos de Bariloche. A casi 3500 metros de altura, el Tronador se erige con orgullo formando parte vital de la Cordillera Patagónica y el Parque Nahuel Huapi.

Su última erupción fue aproximadamente hace 10 mil años y pese a ello se lo considera un volcán activo elegido por los andinistas de todas partes del mundo debido a la complejidad y paraísos terrenales. Sus tres picos separan Argentina y Chile, mientras sus siete glaciares son la debilidad de propios y extraños.

Noventa kilómetros son los que separan al Tronador de Bariloche. La travesía para llegar a este gigante bordea caminos increíbles por la ruta 258: el Lago Gutiérrez, como así también el Mascardi dan paso a la base del Tronador y a la aparición sutil del Cerro Catedral.

Una vez en la base se pueden tomar varios caminos: uno te lleva hacia los ventisqueros negros, nombre que se debe al hielo que se funde con los sedimentos del suelo generando este color oscuro. La Garganta del Diablo es la otra opción por su similitud a una especie de teatro de piedra; y la deslumbrante cascada Los Alerces no se queda atrás y te dejará sorprendido por la potencia del agua.

Los paisajes del Cerro Campanario

A mil metros de altura, este cerro te permite ver el panorama completo de Bariloche: frondosos bosques verdes que enmarcan los espejos azulados de los lagos. Tan sólo 17 kilómetros separan al Campanario de Bariloche por lo que suele estar incluido en el Circuito Chico de Bariloche. Podés subir a pie o en aerosilla, un clásico de Bariloche que terminará con la llegada al mirador 360° y una cafetería para contrarrestar las temperaturas bajas.

Desde la cima del Campanario podés observar el Lago Nahuel Huapi, la Isla Victoria, el Lago Perito Moreno, los cerros Otto, López, Bellavista, Goye, Catedral y Capilla, las penínsulas San Pedro y Llao Llao, la laguna El Trébol, la Colonia Suiza y otros pueblos locales.