Lima te da la bienvenida todo el año

Volar a Lima desde Buenos Aires tiene dos ventajas: El precio y el asombro. Una ciudad donde se encuentran curiosidades en cada rincón, con una variedad cultural y una riqueza histórica que seguramente invitarán a más de una visita.

Lima es de esas ciudades donde uno se siente "en casa", con mágicos rincones y la aventura del descubrimiento constante. En pocas horas empresas como Latam unen Argentina con la capital peruana, una de las ciudades más pobladas del mundo. (Ocupa el quinto lugar en América Latina).

Allí uno puede cumplir su sueño de ser "arqueólogo" visitando las huacas precolombinas llenas de tesoros. O de recorrer el centro histórico considerado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco, con sus más de 600 monumentos coloniales o la Casa Hacienda de Punchauaca que data del siglo XVII.

Quizás nos encontremos con una notable diferencia de lengua, ya que existe el dialecto limeño que es una especie de español mezclado con un poco de quechua e influencia del idioma histórico de Castilla. Pero también una importante porción de sus habitantes hablan el quechua heredado de culturas ancestrales.

En Lima se pueden conocer lugares icónicos, como la Plaza Mayor, que pese a que es cuadrada, originalmente fue triangular, o deslumbrarse con los colores de las casas del centro histórico y sus llamativos balcones. El Palacio de Osamblea es el edificio con más balcones en la ciudad.

A no asustarse con los dos leones de mármol situados en el Paseo Colón: Antes eran doce que poco a poco fueron desapareciendo, pero ahora solo dos quedan en la puerta del Palacio de Justicia. ¿Sabías que en Lima está la capilla más pequeña de la ciudad?. Se trata de la Capilla del Puente, de 8 metros de ancho por 12 de fondo.

Para los enamorados, una visita al Parque del Amor no puede faltar. Se halla en el barrio Miraflores con un entorno que podría significar una declaración de amor con sus imponentes vistas hacia el pacífico y las paredes con azulejos donde los enamorados escriben sus íntimos sentimientos.

A la hora de comer, indiscutiblemente el cebiche ocupa el primer lugar. Este plato emblemático de Perú es a base de pescado crudo, pero hay una infinidad de ofertas basadas en productos del mar, dada la riqueza de sus costas. Pejerrey, atún, pulpo, lenguado o calamares negros son algunos de los peces y mariscos que los cocineros preparan con mucha habilidad.

A esto se suman los anticuchos, comida callejera peruana por excelencia; la cocina nikkei, resultado de la gran cantidad de japoneses que llegaron a principios del siglo XX; el Quinua, un alimento básico desde la época prehispánica, o un buen sándwich de chicarrón, suculento y crujiente.

Imagen de Alex Phillc de Pixabay.