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AMBIENTE

El Gabinete de Sustentabilidad y Cambio Climático realizó su primer encuentro

El Gabinete de Sustentabilidad y Cambio Climático realizó su primer encuentro
martes 26 de octubre de 2021

Con la reciente creación de su propio Gabinete de Sustentabilidad y Cambio Climático, el Municipio sigue avanzando en su camino hacia ser una ciudad más sustentable y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. La transversalidad es la clave: reciclaje, iluminación LED, edificios y transportes más sustentables, manejo de residuos forestales y hasta proyectos para obtener energía eléctrica a partir de los residuos orgánicos.

Estos tiempos de cambio climático acarrean una responsabilidad extra para los gobiernos: asumir el rol que cada ciudad tiene en la emisión de gases de efecto invernadero, evaluar su huella de carbono y repensar sus modos de producir y crecer pensando en la sustentabilidad necesaria para proteger a las próximas generaciones. Bariloche está transitando ese camino y ya comenzó a tomar cartas en el asunto.

Cualquiera pensaría que una ciudad primordialmente turística no tiene muchas emisiones, en comparación con un centro urbano industrial o una ciudad que supere el millón de habitantes. Nuestra ciudad, con una población que ronda los 140 mil habitantes y su economía orientada mayormente a servicios, quizás no tenga protagonismo en la contribución al cambio climático, pero sí tiene visión ambiental a futuro, tal vez por saber que su futuro depende de la conservación de su entorno natural.

Esta semana, el intendente Gustavo Gennuso concretó el primer encuentro de su Gabinete de Sustentabilidad y Cambio Climático, una herramienta local análoga al Gabinete de Cambio Climático que lidera el gobierno nacional, y que busca articular a las distintas áreas de gobierno involucradas directa o indirectamente en políticas de sustentabilidad. El objetivo, explican, es diseñar políticas públicas transversales y articuladas, para evitar la superposición de esfuerzos, y que el logro de un área no quede opacado por la falla de otra.

El objetivo más concreto, y ambicioso, de este nuevo Gabinete municipal es implementar el Plan Local de Acción Climática (PLAC): una planificación programática de estrategias concretas de mitigación y adaptación frente al cambio climático.

Bariloche es uno de los primeros 46 municipios argentinos que tienen elaborado su PLAC, a partir de su participación activa en la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (RAMCC). De hecho, nuestra ciudad acaba de ser sede de la 3º Asamblea Nacional de esta red, que permite el intercambio de experiencias y asistencia técnica entre distintos municipios en torno a esta temática.

La ciudad se sumó a la RAMCC en 2015, y ese mismo año sancionó la ordenanza de Cambio Climático, que regula la intervención municipal hacia la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero. Ya al año siguiente Gennuso firmó el Acuerdo Global de Alcaldes por el Clima y Energía, comprometiéndose a identificar emisiones y amenazas, definir metas y establecer políticas locales contra el cambio climático.

El desafío, claro está, es traducir estos compromisos en acciones concretas, y articular los esfuerzos que cada área municipal puede hacer hacia ese objetivo común: que Bariloche sea una ciudad cada vez más sustentable. Allí entra en juego este nuevo Gabinete.

Una mirada transversal hacia la sustentabilidad

Desde el principio de su primera gestión en 2015, Gennuso -que como ingeniero nuclear proviene del campo de la ciencia y la tecnología- bajó una línea a sus funcionarios: cada área tendría un rol en este esfuerzo coordinado.

Los primeros años estuvieron dedicados a la elaboración del Plan Local de Acción Climática, que involucró un diagnóstico profundo de la situación de Bariloche. Allí, por ejemplo, surgieron los datos concretos sobre el origen de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). El primer inventario de GEI, tomando como línea de base datos correspondientes a 2014, indicaba que los principales emisores eran, en orden, la energía estacionaria (con más del 50% del aporte total, sobre todo el consumo energético residencial), el transporte (y más puntualmente los vehículos particulares) y los residuos (principalmente por la disposición final de residuos sólidos en el Vertedero).

Gracias a este diagnóstico, y con el acompañamiento técnico de la RAMCC, el Municipio de Bariloche ideó su plan estratégico de acción climática, fijándose como objetivo reducir las emisiones en un 20% del escenario Business As Usual para 2030 (con 2014 como año base). Esto implica una reducción de 500 ktCO2 “equivalente” para 2030.

Y allí entra la mirada transversal: “Un plan de acción que no se trabaje con las distintas áreas de gobierno y actores de la ciudad no podría esperarse que tenga el efecto necesario para dar respuesta al desafío que el cambio climático representa”, sostiene en sus fundamentos el PLAC barilochense.

Por eso, el Gabinete de Sustentabilidad y Cambio Climático que comenzó a operar esta semana (su inicio estaba previsto para 2020, pero con la llegada de la pandemia debió posponerse) incluye a áreas tan diversas como la Jefatura de Gabinete, Secretaría de Servicios Públicos, Subsecretaría de Protección Civil, Dirección General de Comunicación Institucional, Secretaría de Producción, Innovación y Empleo, Secretaría de Desarrollo Humano Integral, Secretaría de Planificación y Evaluación de Políticas Públicas y los Delegados Municipales.

La coordinación técnica está a cargo de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Urbano, y tendrán tres instancias de trabajo: reuniones de Secretarios (para alinear esfuerzos y compromisos), mesas de puntos focales (para trabajar temas puntuales como residuos, energía, movilidad sustentable, capacitaciones) y una mesa ampliada, invitando a participar a otras áreas, entidades académicas, centros de investigación públicos y privados, juntas vecinales y organizaciones de la sociedad civil. A su vez, cada área del Municipio deberá aplicar, dentro de sus respectivas incumbencias, las resoluciones y acciones que se establezcan en el marco del Gabinete e informar de sus avances.

El enfoque transversal ya es notable en la diversidad de acciones que la Municipalidad de Bariloche viene encarando en los últimos años, con el plan de ampliar y profundizar las transformaciones de sustentabilidad: programas de eficiencia energética y sustentabilidad de hogares, normativas de aislación térmica y construcción sustentable, acciones de difusión y concientización a la ciudadanía, impulsos a la movilidad sustentable y mejoras en el transporte urbano, instalación de puntos verdes para recolección de reciclables e impulsos a la economía circular. A esto se suman acciones hacia el corazón mismo del Municipio, como las capacitaciones en educación ambiental para funcionarios públicos (Ley Yolanda), la separación de residuos en edificios municipales y el uso racional de la energía en el marco del PROUREE (Programa de Uso Racional y Eficiente de la Energía), con relevamientos de las instalaciones y detección de oportunidades de mejora. Por otro lado, los nuevos planes urbanos apuntan a evitar la expansión innecesaria de la ciudad y consolidar “micro-centralidades”, con el objeto de acortar las distancias que los ciudadanos deben recorrer para su vida diaria.

Varias de estas líneas de trabajo ya están consolidadas, como la promoción de la separación de residuos y la recolección diferenciada en toda la ciudad, el recambio sistemático del alumbrado público reemplazando las lámparas de vapor de sodio por artefactos LED, la inauguración del primer edificio municipal que se sostiene en un 70% con energía solar (el Centro Social, Cultural y Deportivo Nº 4) y el trabajo junto al proyecto Bioenergía Andina y la Fundación INVAP para el tratamiento sustentable de residuos forestales.

Otros son proyectos que la ciudad está cerca de concretar, como la licitación para una nueva Planta de Clasificación de Residuos Sólidos Urbanos y la remediación del actual Centro de Residuos Urbanos Municipal (CRUM), que incluyen la posibilidad de generar energía eléctrica a partir del biogás producto de los residuos orgánicos, que no sólo sostendría el funcionamiento de la planta sino que inyectaría energía a la red eléctrica de la ciudad.

Claramente, Bariloche está abriendo camino en la región patagónica en términos de sustentabilidad, y marca una dirección: ciudades comprometidas con el rol colectivo que todos tenemos a la hora de poner un freno al cambio climático, pensando en el mundo que dejamos a las próximas generaciones.

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