Este 1 de julio se conmemora un nuevo aniversario de la partida física del expresidente Juan Domingo Perón, quien fuera un estadista, que ha legado al pueblo argentino un concepto de doctrina nacional, popular y cristiana que con el transcurso de los tiempos, significara para nuestro país, un concepto de prosperidad, de crecimiento industrial, que nada podía envidiar a naciones que hoy se consideran del primer mundo.

En esa Argentina que Perón nos legara, no sólo industrialmente habría la tecnología de punta como ocurre hoy con el ejemplo de Invap, sino que nos auguraba una Nación capaz de alimentar al mundo. 

Lamentablemente, con las consignas que Perón nos dejó, quienes sucesivamente han venido siendo elegidos por la amplia mayoría del pueblo argentino como conductores políticos de la República, nada han respondido a los principales preceptos de la doctrina nacional.

La Argentina de hoy se encuentra gobernada por quienes no han sabido responder a la premisa fundamental que primero está la patria, segundo el movimiento y por último los hombres. 

El legado de Perón no era un país cerrado al mundo, sino muy por el contario, abierto al mundo, donde una doctrina de tercera posición no nos ataba a ningún dogma de derecha ni de izquierda. Sino que muy por el contrario, la independencia económica que nos dejó, entendía un mundo donde la Argentina debía insertarse con tecnología de punta y con la producción en alimentación con valor agregado. 

Sin embargo, Alberto Fernández, como presidente y Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidente de los argentinos, no están siendo precisamente los mejores intérpretes de lo que implicaba la doctrina nacional para nuestro país. 

Por otra parte, en Río Negro y particularmente en San Carlos de Bariloche, los ejemplos que tenemos ponen al justicialismo como un partido sin destino, fragmentado e ignorado por la inmensa mayoría de las y los rionegrinos. Auguran un futuro, donde el peronismo no genera ninguna esperanza para nuestro pueblo.

Seguramente, con los preceptos engañosos de respetar la doctrina y con la figura del General Perón y de Evita, algunos volverán a encontrar un conchabo de trabajo que es solamente la aspiración de tener un sueldo que todos y cada uno de los rionegrinos pagamos. A este justicialismo de hoy, a sus dirigentes, les falta grandeza. Piensan sólo en ellos y no en el pueblo. Malversan la doctrina en beneficio personal.

Al cumplirse hoy este nuevo aniversario, se hace imprescindible el cambio de rumbo, haciendo realmente legítimo el principal concepto de Perón: primero la patria, segundo el movimiento y por último los hombres. 

Ovidio Zúñiga
Ex diputado nacional (1999 – 2003)
Ex diputado provincial (1995 – 1999)
Ex Secretario General de las 62 Organizaciones Peronistas (1990-1996)
Vicepresidente Congreso Justicialista (1995 – 2000)
Afiliado al PJ desde el año 1969