Por varios años, una señora le prestó a una conocida una vivienda. El préstamo se basó en un vínculo de mutuo conocimiento con pautas que ambas fueron estableciendo a lo largo del tiempo.

Sin embargo, por razones personales la propietaria desea recuperar su vivienda. Finalmente, en el ámbito de la mediación, pudieron llegar a un acuerdo integral.

Lograron acordar que quien ocupa el inmueble lo restituirá en las mismas condiciones que lo recibió. Además, convinieron que la propietaria, en concepto de gratificación por los cuidados, le pagará una suma en dólares.

Quedó expresado en el acta que en caso de no entregar en tiempo y forma, deberá abonarle a la dueña el doble de los dólares recibidos.

De esta manera, en un ámbito que propone el diálogo y el consenso como salida a los conflictos, se logró un acuerdo satisfactorio para las partes que se convierte en obligatorio a partir de la firma de ambas.