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Buscan aumentar la tasa de embarazos y reducir los embarazos múltiples

Investigadores de La Plata y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires trabajan en un proyecto que permitirá, en los tratamientos de fertilización asistida, aumentar la tasa de embarazos y reducir el número de embarazos múltiples, informó la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires (CIC). 

domingo 15 de diciembre de 2013

Se trata de una metodología en los procedimientos de fertilización asistida no invasiva basada en espectroscopía infrarroja que apunta al análisis del metabolismo (productos que el embrión libera o consume del medio donde se cultiva), para que a través del mismo se puedan conocer las posibilidades reales de lograr un embarazo.

El proyecto lo realizan investigadores de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia (CIC), del Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (CINDEFI) y del Centro de Medicina Reproductiva de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (PREGNA), precisó un comunicado de la CIC.

Con los métodos actuales de análisis de embriones a ser transferidos en un tratamiento de fertilización asistida la probabilidad de implantación es baja, sólo de un 25%, por lo que para dar mayor seguridad a la pareja se incrementa en muchos casos el número de embriones que se transfieren.

“Con este proyecto buscamos disminuir los embriones que se transfieren a la madre, seleccionando el que tenga la mayor probabilidad de éxito y así aumentar el porcentaje de certeza de embarazo a un 80%, y por lo que venimos viendo en nuestros resultados preliminares creemos que va a ser posible”, afirmó Alejandra Bosch, directora del proyecto e investigadora de la Comisión de Investigaciones Científicas, dependiente del ministerio de la Producción, Ciencia y Tecnología de la provincia de Buenos Aires (CIC).

Actualmente, el método utilizado para la elección de los embriones a transferir a nivel mundial es por su forma.

Durante cada práctica los laboratorios cuentan con cinco a diez embriones listos para transferir, se los observa con un microscopio y se evalúan a lo largo de los tres a cinco días de cultivo el número de células que lo componen, el aspecto, el tamaño, la forma, la integridad de los embriones y velocidad de crecimiento.

“Si bien estas metodologías han tenido éxito en la mejora de los porcentajes de embarazo y en la reducción de embarazos múltiples, su precisión sigue siendo baja”, afirmó Bosch.

A su vez, indicó que los tratamientos de fertilización son caros, ya sea que los pague el paciente o la obra social, y riesgosos, teniendo en cuenta que si se transfieren más de dos embriones se pueden cursar embarazos múltiples, los cuales podrían ser peligrosos tanto para la madre como para los bebés.

En cuanto al método que están desarrollando, aseguró que “nuestro trabajo es estudiar el medio de cultivo en el que está creciendo el embrión, a través de una metodología no invasiva basada en espectroscopía infrarroja, para evaluar el potencial reproductivo de embriones humanos en fertilización asistida”.

“Este método apunta al análisis de metabolitos o productos que el embrión consume o libera al medio donde se cultiva, tales como ácidos grasos, glucosa, lactato, piruvato, aminoácidos y otros metabolitos. Luego, estos componentes químicos que se encuentran en el medio de cultivo donde se desarrolla el embrión son evaluados mediante la utilización de espectroscopía infrarroja.”, detalló.

Explicó que “el espectrómetro infrarrojo es un instrumento que puede usarse para identificar la composición química de las distintas muestras" que en él se introducen.

Esta metodología fisicoquímica permite “tomar una fotografía” en tiempo real de los compuestos químicos presentes en dichas muestras.

Para detectar el potencial reproductivo de los embriones previos a la implantación, los investigadores cuentan con un software de origen alemán basado en el reconocimiento de patrones, que emplea redes neuronales artificiales, el cual se implementará en las investigaciones.

“Analizamos los medios de cultivo donde crecen los embriones que son luego transferidos a las madres y comparamos los espectros de los que dieron embarazo positivo con los que resultaron negativos. A través del sistema informático hacemos una clasificación de esos espectros, buscando cuáles son las diferencias espectroscópicas entre los mismos. Le estamos `enseñando` al software cuáles son los embriones capaces de implantarse y dar embarazos positivos y cuáles no. Para ellos necesitamos analizar un elevado número de muestras”, expresó Bosch.

Por último, agregó que esta metodología permitiría evaluar al embrión, pero sin embargo hay que tener en cuenta que existen otros factores que contribuyen a lograr un embarazo positivo: como el estado general de la madre, su edad y la calidad de la transferencia, entre otros factores.

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