Turismo
Río de Janeiro en temporada baja
En otoño sus playas siguen viviendo temperaturas de hasta 27°C, con algunos días realmente veraniegos. Si bien es baja temporada, los visitantes pueden disfrutar de más comodidad para desplazarse y más espacio sobre la arena.
Río de Janeiro reúne en un solo lugar una serie de factores que pueden ser determinantes a la hora de planear el próximo viaje. Su ubicación, altura y clima, sumada a la abundante vegetación, la cercanía al mar, y por sobre todo su gente, le dan a este destino un magnetismo irresistible.
En otoño sus playas siguen viviendo temperaturas de hasta 27°C, con algunos días realmente veraniegos. Si bien es baja temporada, los visitantes pueden disfrutar de más comodidad para desplazarse, menos filas en los monumentos históricos y más espacio sobre la arena.
Incluso muchos han definido que tanto el otoño como la primavera son los mejores meses para visitar Río de Janeiro. Al tener un clima tropical atlántico, la temporada de lluvias coincide más con los meses de verano y en invierno es más seco.
En temporada baja se pueden encontrar con más facilidad ofertas de vuelos, alojamientos y excursiones. Hay que tener en cuenta que Río de Janeiro es la segunda ciudad más grande de Brasil y elegirla cuando no está tan abarrotada de turistas, puede llegar a ser una gran ventaja.
También se la puede visitar en octubre, noviembre y principio de diciembre, ya que el calor no es demasiado intenso, el cielo permanece despejado y se puede disfrutar de una atmósfera veraniega.
¿Qué hacer en Río de Janeiro?
En el colectivo general, se asocia a Río de Janeiro con sus playas paradisíacas o el Carnaval. Pero es una ciudad que ofrece un sinfín de posibilidades para quienes vayan en temporada baja.
Una de ellas es conocer su Centro Histórico mediante un tour, que preferentemente, debe ser en español, para conocer la historia de los edificios y monumentos que llenan el barrio más emblemático de Río.
Los atardeceres son otros de los atractivos que la naturaleza regala a los visitantes. Ver el sol ponerse desde Petra do Arpoador, entre Copacabana e Ipanema, pueden significar un momento mágico e inolvidable.
También se puede recorrer la ciudad en bicicleta, una experiencia única y más en una temporada con menos tráfico. Existen empresas de alquiler especializadas, con muchas opciones para cada integrante de la familia y más de 400 kilómetros de ciclovías.
