Copacabana: Más que playa y arena en Río de Janeiro

Hablar de Copacabana lleva a pensar en arena, mar, el Pan de Azúcar y el Cristo Redentor. Pero posee en su entorno los secretos más cuidados de Río de Janeiro que sorprenderán en las próximas vacaciones.

Volar hasta Rio es hoy más accesible que nunca, gracias a empresas como Latam que ofrecen una interesante cantidad de vuelos diarios desde Buenos Aires. Es por eso que en pocas horas se podrá estar sumergido en un mundo que desde muchos puntos de vista hacen único a este destino.

La Playa de Copacabana es quizá la más famosa de la ciudad, incluso de todo Brasil, cuya imagen recorre el globo otrora por postales y hoy por la innumerable cantidad de posteos que inundan las redes. No vamos a mencionar al Pan de Azúcar o al Cristo Redentor ya que son lugares icónicos y casi obligatorios para conocer.

Si sugerimos visitar una favela, es posible que se nos vengan imágenes de películas grabadas en sus estrechos y oscuros pasadizos, pero desde el barrio de Leme, se puede ir a las de Babilonia o Chapéu Mangueira, que son seguras de visitar. El barrio popular Bar do David es una alternativa interesante.

Al norte de Copacabana, está el Fuerte de Leme, una fortificación situada en lo alto de un morro. Una caminata de 30 minutos nos dejarán en un punto donde las vistas panonármicas son únicas. Pero sino, hacia el Sur está el Fuerte de Copacabana, que si bien no tiene una vista como el primero, tiene en su terraza la Confitería Colombo donde se puede disfrutar de un nutrido café da manhã, acompañado por zumo de frutas naturales y tostadas.

Una linda actividad para toda la familia es practicar Stand Up Paddle, un deporte que cada día consigue más adeptos por su facilidad y como una alternativa al Surf. Grandes y chicos pueden colocarse sobre la tabla y desplazarse con la ayuda de un remo a través de las aguas tranquilas.

La playa ofrece una gran variedad de sectores donde practicar deportes, aunque siempre pensando en la familia, hacer un tour en bicicleta puede resultar una de las experiencias más divertidas, ya que está la enorme ciclovía que atraviesa el paseo marítimo desde la playa de Leblón a Ipanema. Incluso los fines de semana las autovías se cierran al tráfico para permitir la circulación en bicicleta, caminando o corriendo.

Pero si buscamos secretos, existen playas que no son frecuentadas por el turismo en general. Por ejemplo la Praia Do Secrto o la "piscininha", que es prácticamente una pileta natural sin olas ni franjas de arena alrededor. Está entre las playas de Macumba y Prainha y se accede escalando una piedra en la Estada do Pontal.

Otra es la Praia Do Joatinga. Se encuentra en el barrio de Joá, entre Barra da Tijuca y São Conrado, dentro de un condominio cerrado. No obstante, posee libre acceso al público general y es perfecta para los que buscan un poco de privacidad y seguridad. Por sus características solo es para los más osados, ya que no posee infraestructura y se llega a través de un sendero con piedras.

Finalmente la Playa de Grumari es un lugar ideal para la familia. Está a una hora del centro de Río de Janeiro y recibe un público más familiar. Sus aguas son tranquilas, está rodeada de morros aunque también el acceso es un poco difícil. Siempre conviene informarse antes de llegar por lugareños.

Foto Morguefile