2019-08-08

Turismo

En Playa del Carmen, la aventura también está bajo tierra

La Riviera Maya es lejos, uno de los lugares más elegidos en lo que se refiere a playas. Existen actividades para todo el mundo, pero uno de los grandes atractivos está bajo tierra. El Río Secreto es de esos lugares que te dejarán sin aliento.

Describir la sensación de estar dentro de una inmensa caverna, solo dependiendo de una linterna, sin ningún sonido, es imposible en pocos párrafos. Pero el Río Secreto es uno de los tesoros mejores guardados de Playa del Carmen.

Se trata de un sistema de ríos y cuevas consideradas las más grande de la región, que se encuentran estrictamente protegidos por la Fundación Centinelas del Agua, quienes solo permiten el ingreso a los visitantes bajo estrictas condiciones a fin de preservar toda la pureza de la Reserva Natural.

Hace unos años, un campesino descubrió accidentalmente este accidente natural, donde hoy se puede caminar, en incluso nadar en los cursos de agua, pero también conocer el trabajo de investigación que los científicos desarrollan en el lugar, ya que más allá del interés turístico, se prioriza generar el menor impacto humano posible.

El Río Secreto es un sistema de cuevas tan grande, que se divide en varias rutas que llevan a diferentes partes, cada una con una nueva aventura. El tour está preparado para toda la familia, con una edad mínima de 4 años en adelante. Es muy tranquilo y seguro pese a que se trata de un atractivo de aventura.

Cada recorrido tiene una extensión que varía de entre 3 horas y media, hasta 6. En todos es obligatorio ir con un guía, y se firma un compromiso sobre las responsabilidades a tener en cuenta. También se provee del equipo necesario, como traje de neopreno, chaleco salvavidas, linterna, zapatos de agua, casco y un bastón de madera si es necesario.

Las rutas son sencillas. En algunas partes, se pasa por lugares con el agua hasta arriba de las rodillas. Pero se pueden apreciar formaciones rocosas increíbles, formadas durante miles de años, con estalactitas y estalagmitas de proporciones impensables. Y no todo es roca: también llegan las raíces de los árboles que desde la superficie, buscan el agua.

Es por eso que sus paredes y formaciones son como una biblioteca geológica, con muchos secretos aún por descubrirse, un lugar donde convergen en armonía la naturaleza y el ser humano.

Ph: José Manuel Chávez Balam

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