Crueldad animal, alerta temprana de violencia domėstica y social

El maltrato animal es un factor que predispone a la violencia social y al mismo tiempo, una consecuencia de la misma. Forma parte de la cascada de la violencia que nos va alcanzando a todos como individuos y como sociedad.

Durante dos años me he encargado de transmitir esta problemática por televisión, las protectoras de nuestra ciudad también han hecho su parte a lo largo de estos años, pero aun nos falta mucho por recorrer.

En nuestro país, los pioneros de esta problemática en materia de leyes y estudio son: “Centro de prevención contra la crueldad animal (CPCA)” –“Proyecto Galgo Argentina,”  “Derecho Animal  Argentina” y diferentes entidades en todos los rincones  del pais.

A la hora de resolver la problemática de violencia social, se actúa sobre el hecho consumado, mirando por encima de  la escala evolutiva, ahí está el error, ya que la prevención y la correcta observación es la clave de todo.

¿Cómo esta el animal domestico? ¿Come? ¿Está lastimado? ¿Le tiene miedo a la gente? ¿Cómo se comporta el niño con el animal? ¿Cuántos veterinarios han atendido animales con costillas rotas o quemaduras de cigarrillos? ¿La persona que lo lleva a la consulta tiene miedo?.

En Europa, en Usa y otros lugares del mundo existe la planificación, la educación a edad temprana, y la correcta aplicación de las leyes  y ordenanzas vigentes en diferentes municipios.

Este sensor ayuda a definir la situación que se vive en cada hogar, sin importar clase social o lugar de residencia. Se ha comprobado que no todos los maltratadores de animales se convierten en asesinos en serie, pero todos los asesinos en serie tienen antecedentes de maltrato animal.

Un poco de historia:

Argentina: El Petiso orejudo.

Cayetano Santos Godino como era su nombre verdadero, fue el primer criminal serial de la historia policial argentina. Disfrutaba quitándoles la vida a niños que consideraba "tontos". Su muerte aún es una incógnita, pero se presume que lo mataron sus compañeros de prisión luego de que incendiara al gato del presidio. Antes de cumplir los diez años su padre había encontrado cadáveres de aves sin cabeza dentro de sus zapatos. Además había hecho lo mismo con animales de mayor tamaño. La infancia de Cayetano estuvo llena de golpes abusos y hambre. Claro detonante dentro un niño.

Estados unidos:

Jeffrey Dahmer, el asesino de Milwaukee.

Confesó haber asesinado y cometidos actos de canibalismo y sexo con 17 cadáveres de varones. A los 17 años mató a su perro empalándolo. Al trascurrir los años seguían sus prácticas incluyendo perforación de cráneo en animales y vertido de ácido dentro de los mismos los que aún estaban con vida. Esta práctica siguió, pero esta vez con humanos. Fue sentenciado a 937 años de prisión y murió dentro de la cárcel a manos de otro presidiario.

Kip Kinkel, un adolescente de 15 años, asesinó a sus padres y luego disparó y mató a 24 alumnos de su escuela en 1998. La prensa informó de que Kinkel contaba con una historia de violencia hacia los animales: había decapitado gatos y diseccionado ardillas vivas.

Jason Massey decapitó a una niña de trece años en 1993 y disparó a su hermanastro de catorce años. Comenzó su sangrienta carrera con el asesinato de gatos y perros.

Albert DeSalvo: el Estrangulador de Boston, acabó con la vida de trece mujeres en un año. Solía atrapar perros y gatos, encerrarlos en jaulas diminutas y dispararles flechas a través de sus aberturas.

La lista sigue en diferentes partes del mundo y podría escribir muchas páginas mas acerca del tema, queda claro que esta problemática debería ser tratada  de forma urgente y en nuestro país debería ser cita obligada en todos los colegios y en cada escritorio de los funcionarios públicos y jefes de policía.

Desde principios de este año, el FBI ha elevado la categoría de los delitos contra los animales hasta incorporarlos al Grupo A, en el que se incluye el homicidio o asalto.

En Argentina rige la ley 14346 la cual  considerara un delito penal el maltrato y la crueldad hacia los animales, está tipificado por esta ley especial, que integra el Código Penal Argentino, no es una contravención o un delito “menor”. Fue pionera en su tipo para toda Latinoamérica, mucho antes de la Declaración de los Derechos de los Animales (1978) de la U.N.E.S.C.O., O.N.U., la cuál Argentina también firmó.

Como verán, la verdad siempre sale a la luz tarde o temprano. En Bariloche existen casos similares que nunca fueron públicos. Con el tiempo se darán a conocer.

Es momento de elegir, o seguimos cayendo en el abismo de la violencia social lamentando sus víctimas y no prestando atención a las alertas tempranas o comenzamos a trabajar por donde corresponde.

David Telmo