Reducir la decisión de CFK solo a una “jugada electoral”, le resta peso a la convicción

Ella lo anunció, dijo: hay que construir un “acuerdo social de responsabilidad ciudadana”.
Reducir la decisión de CFK solo a una “jugada electoral” -que sin duda lo es, y de alto vuelo- le resta peso a la convicción, a la constancia moral que deja en su firmeza una decisión que alumbra a propios y extraños, pone alta la vara. Y hay que saber leer también en ese mensaje un mensaje a la militancia.

Ella dijo: “Hay que construir algo nuevo”.
Para quien acumula el mayor caudal de intención de votos, pero que por sobre todo convoca el afecto de su pueblo -ambas cualidades indispensables para una líder- vertiginosa y pensada al mismo tiempo, la decisión de Cristina es un renunciamiento. No hay que estrujarse la memoria para encontrar precedentes. El Peronismo los tiene. Pero este, así de inesperado y conmovedor en todo sentido, sacude por la coherencia, la inteligencia y el compromiso; palabras que nos callaron durante esta noche del saqueo y del olvido.

Ella dijo: “Me pongo a disposición”.
No debiera haber tristeza, pero hay tristeza. Es parte del vínculo que supo establecer. Es una decisión que toca cuerdas del alma, bajo sospecha de que no es lo que hubiera, lo que hubiésemos querido. Se notó en su video, la voz consternada. No está pero está. Se fue pero no se fue. “La Patria es el otro”, dijo. Se ve ahora con claridad que no era solo un eslogan, era también un desafío.

Ella dijo: “pertenezco a una generación que no buscaba un lugar en las listas, sino un lugar en la historia”.
Eso es entrega, señalamiento, estatura moral. Y ya no habrá alivio; no habrá excusa o subterfugio. Tendremos que volver a nacer si hace falta para dar la talla. Nadie podrá hacerse el que está dormido.

De un modo o de otro, habrá que ponerse el sayo porque el triunfo -ella también lo dijo- depende de nosotros mismos.

María Eugenia Martini, ex intendenta de Bariloche y legisladora electa por el FPV